El exceso de fertilizantes en los cultivos causa graves daños medioambientales
Un total de 140 investigadores y técnicos de empresas han analizado en la Universidad Pública de Navarra los métodos para mejorar la alimentación y minimizar el impacto ambiental que provoca el uso excesivo de nitrógeno en la agricultura. La investigadora portuguesa Martins-Louçao, considerada una eminencia en el ámbito de la nutrición nitrogenada de plantas, destacó la necesidad de sensibilizar a la sociedad para que sea consciente de este riesgo.
IRUÑEA
Expertos en nutrición mineral de las plantas han lanzado la voz de alarma sobre los problemas medioambientales que están causando las altas cantidades de nitrógeno que contienen los cultivos. Este fertilizante es uno de los más utilizados por los agricultores porque mejora considerablemente el rendimiento de la producción. Sin embargo, un uso excesivo del mismo puede provocar, según los científicos, serios perjuicios para la atmósfera y para el agua que consumimos. Para intentar paliar los efectos de este tipo de sistemas agrarios y buscar posibles soluciones, investigadores de diversos centros públicos de investigación, universidades y empresas del sector de los fertilizantes se han reunido del 19 al 21 de julio en la Universidad Pública de Nafarroa para dar a conocer los resultados de los últimos estudios sobre la nutrición mineral de las plantas. El objetivo de este encuentro era establecer las herramientas necesarias para minimizar el impacto ambiental originado por los elevados índices de nutrientes de los cultivos y favorecer los procesos de producción. El XI Simposio Ibérico de nutrición mineral de las plantas, organizado por las sociedades española y portuguesa de Fisiología Vegetal y por la UPNA, ha congregado a 140 expertos procedentes de Portugal, Brasil, Chile, Argentina y los estados francés y español.
Gran preocupación
Entre los distintos ponentes que se han dado cita en este encuentro destaca la presencia de la catedrática y vicerrectora de la Universidad de Lisboa, M. Amelia Martins-Louçao. Esta profesora, que ha participado en diversos proyectos europeos y que está considerada una eminencia en el ámbito de la nutrición nitrogenada de plantas, se ha mostrado muy preocupada por las consecuencias negativas que está teniendo en el ecosistema el exceso de fertilizantes que aportan los agricultores a los cultivos. La investigadora portuguesa ha insistido en la necesidad de sensibilizar a la sociedad para que sea consciente del riesgo ambiental que entraña esta práctica que, al igual que los gases de efecto invernadero, está contribuyendo al calentamiento global del planeta. Por su parte, el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Miguel Quemada Sáenz-Badillos, cree que la solución pasa por modificar la mentalidad de los agricultores. Según explicó, lo ideal sería que técnicos formados en la materia convencieran a los agricultores de que los sistemas agrarios no son explotaciones que únicamente conllevan beneficios económicos, sino que son una parte más del medio ambiente. «Aunque será complicado cambiar los hábitos agrícolas, merece la pena intentarlo», apuntó este profesor. Miguel Quemada está seguro de que si se hace un manejo adecuado de los sistemas de cultivo, se podrá minimizar el impacto ambiental. En este sentido, cabe señalar el estudio que la UPNA y la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el Instituto Técnico de Gestión Agraria, han llevado a cabo para determinar el índice de nutrientes en los cultivos y sus repercusiones en el medio ambiente. Los resultados obtenidos a partir de 24 ensayos de fertilización nitrogenada demuestran que si se aplica menos cantidad de nitrógeno, se puede mantener un rendimiento de producción aceptable y, al mismo tiempo, reducir costes y disminuir el impacto ambiental. En definitiva, se trata de potenciar el desarrollo de unos sistemas agrarios sostenibles.
La «enfermedad de los niños azules», derivada de la ingestión de nitrógeno
IRUÑEA El nitrógeno es un factor de producción muy importante porque determina el rendimiento. Sin embargo, se ha comprobado que el uso de este nutriente afecta a la calidad del agua y de la atmósfera. Por un lado, las aguas con altas concentraciones de nitratos producen un tipo de algas que consumen el oxígeno e impiden el desarrollo de la fauna. Por otro, los gases que emiten los cultivos con índices de nitrógeno muy elevados favorecen el calentamiento global de la tierra y provocan problemas respiratorios a las personas con asma. Una de las enfermedades más graves derivadas de la ingestión de nitrógeno es la metahemoglobinemia o enfermedad de los niños azules. Se trata de una patología que afecta principalmente a los bebés y que provoca una ausencia de oxígeno en la sangre. La proliferación de casos relacionados con la intoxicación de nitratos ya ha llevado a muchas industrias conserveras y de potitos a elevar su grado de exigencia a los agricultores para evitar daños en la salud pública. Directiva europea Actualmente existe una directiva europea que regula los niveles de fertilizantes que se pueden aplicar en los cultivos, pero es muy difícil controlar el exceso de nutrientes de los cultivos porque cada región cuenta con su propia normativa. En el caso de Nafarroa, existen dos zonas denominadas vulnerables, en las que se establece un cantidad limitada de nitrato obligatorio. El resto, son sólo recomendaciones. Además, el Instituto Técnico de Gestión Agraria ha elaborado un código de buenas prácticas agrarias para el agricultor.
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