Con los calores del verano los caracoles salen de debajo de la hojarasca y se muestran a la vista de todos. A algunas personas les pasa algo parecido. A Luis María Ansón, sin ir más lejos.Dejó atrás el “Abc” de sus amores, “La Razón” de sus desvelos y caracolea ahora en “El Mundo” de Pedro J. Ramírez, el que fuera su alumno aventajado. Siempre en la derechona pura y dura.
Ayer nos presentó un artículo contra Zapatero cuyo encabezamiento no tenía desperdicio: «Un sector cualificado de la opinión pública, a pesar de las máscaras y las humaredas, está hoy convencido de que ETA participó en la logística y la información de aquella operación llevada a cabo, con acuerdo e intervención de Al Qaeda, por islamistas que actuaron como mercenarios». Se refiere al 11-M, y el «sector de la opinión pública» es el que ellos mismos crearon.
Admite Ansón la posibilidad de que la negociación preceda a la conclusión de la actividad de ETA, pero matiza que no es ZP el hombre que pueda hacerlo a conveniencia de España, porque «Zapatero, que quiere llegar a las elecciones como el pacificador y conseguir así mayoría absoluta para hacer de España lo que le venga en gana, ha dado todos los pasos necesarios con el fin de abrir oficialmente negociación con los terroristas, sin pestañear cuando la banda le ha obligado a arriar los pantalones y la dignidad del Estado de Derecho. Las tragaderas zapateriles son ilimitadas. Incluso si se produjera un asesinato, el presidente declarará que lo perpetró un comando incontrolado y que continúa la negociación; que ya advirtió desde su olímpica sabiduría que sería dura y difícil».
Y, sin embargo, no es sólo ése el problema: «El problema es que Zapatero ha mentido. Afirmó solemnemente que no había contactos ni negociaciones con la banda, con el fin de arrastrar a sus posiciones al Partido Popular y neutralizarlo, cosa que consiguió durante un tiempo. Pero se ha demostrado hasta la saciedad que el presidente por accidente no dijo la verdad (...) No sabemos, por cierto, hasta dónde habrán llegado sus concesiones a los terroristas, pero algunos dirigentes cualificados creen que hasta la autodeterminación y Navarra».
Y, para concluir, la alarma: «¿No rondará por la mente
zapatética conceder la autodeterminación a Cataluña, el País Vasco, Galicia,
Baleares y Canarias y dejar a España reducida a las otras autonomías?». Qué
interesante lo de Ansón. - msoroa@gara.net