DONOSTIA

El ciclista de Igorre se impuso en la cuarta etapa, la etapa reina sin duda ninguna, de la Vuelta a Burgos con final en el alto de Lagunas de Neila. El vizcaino de Euskaltel-Euskadi se convirtió, además, en el nuevo líder de la ronda burgalesa. A falta de una jornada, la tradicional etapa llana que terminará en la capital castellanana, Mayo puede sentirse ya vencedor de la XXVIII edición de la Vuelta a Burgos.

La demostración de poderío que realizó el ciclista de Igorre en la ascensión a las Lagunas de Neila comenzó a falta de dos kilómetros para la línea de meta, cuando imprimió un mortífero cambio de ritmo que nadie pudo seguir, y con el que conseguía sacarle 18 segundos al líder, a falta de un kilómetro doscientos metros para la meta.

Kilómetros previos

Estos dos hombres, que fueron cabeza de carrera a falta de ocho kilómetros para la meta, lo intentaron en solitario cuando el pelotón dio caza a José Antonio López Kaiku que, a 25 kilómetros a meta, marcaba una diferencia respecto al pelotón de un minuto y medio, y veinticinco segundos a un grupo de cinco corredores antes él mismo había dejado atrás.

Cuando las estrategias de equipo ya no servían para nada, debido a las rampas de ascenso a Las Lagunas, fue cuando Mayo decidió dejar atrás a todos para reencontrarse con la victoria en la etapa reina de la Vuelta a Burgos y conseguir el triunfo de etapa y el maillot morado que le acredita como líder de la ronda burgalesa.

Hoy se disputa la quinta y última etapa con salida de Miranda de Ebro y llegada a Burgos, de 174 kilómetros, con un recorrido que incluye dos puertos, pero sin que tenga trascendencia ninguna cara a la general.