DONOSTIA
Mehdi Baala revalidó en Goteborg el oro de 1.500 metros, que hace cuatro años se colgó también en el Europeo de Múnich. A diferencia de entonces, ayer se evitó la espera de los resultados de la photo finish que en la ciudad alemana le dio el triunfo por tan sólo tres milésimas sobre Reyes Estévez. Baala no se había prodigado en exceso esta temporada. Dispensado de los Campeonatos franceses y antes de la Copa de Europa por el retraso que llevaba en su preparación a causa de las lesiones, llegó a tiempo para subir al peldaño más alto.
Con los españoles tirando desde el principio, Baala comenzó a tomar posiciones a partir de los 800 metros. Instalado en la segunda posición esperó a la última vuelta para dar el hachazo y se llevó tras él al ucraniano Ivan Heshko, campeón mundial indoor, y a Higuero.
Del medio fondo a la velocidad, donde la belga Kim Gevaert escaló como se esperaba de la plata al bronce, mientras las rusas, que lideran el medallero, se repartían las otras medallas. Merlene Ottey, a sus 46 años, no entró en la final por los pelos. La ex jamaicana, ahora eslovena, se resiste a la retirada y ayer anunció que al menos espera continuar un año más.
Entre las viejas glorias, destacó también el bronce de Jan Zelezny que a los 40 aparca la jabalina. Otra de las protagonistas de la jornada fue Tatyana Lebedeva, que atrapó en su último salto el oro que le faltaba. Campeona mundial en triple salto y olímpica en longitud, la triplista rusa voló hasta los 15,15 metros en un intento válido que le llevó del bronce al oro. La mujer que hace un año se embolsó el millón de dólares de la Liga de Oro y empezó a temer por su seguridad y la de su hija volvió a demostrar su talento en el momento oportuno.