MOSCU

«En la nueva galería hay sitio para todo: desde los románticos de principios del XIX a los impresionistas y las vanguardias del XX, de la escuela europea a la estadounidense y latinoamericana», en opinión de Irina Antónova, directora del Museo Pushkin. La nueva Galería de Arte de Europa y América del siglo XIX y XX ocupa un edificio perteneciente a la nobleza rusa. Muchas de las obras nunca han sido expuestas.

Pablo Picasso está representado por doce lienzos, entre los que destaca “Niña sobre pelota” (1905) ­estrella de la colección­, “El Arlequín y los saltimbanquis” (1901) y la enigmática “El viejo judío” (1903). Además, se pueden contemplar la obra “El violín” (1912) y retratos como “Mujer de Mallorca” (1905) y “Retrato de Jaume Sabartés” (1901).

Los impresionistas, con 413 lienzos, acaparan el mayor número de salas con el inquietante “Recreo en el patio de una prisión” (1890), de Van Gogh, como una de las principales atracciones. El genio holandés dispone además en la nueva galería de clásicos paisajes como “El viñedo rojo”, de Arlés (1888) y “El retrato del Doctor Rey” (1889). Otro de los maestros impresionistas, Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), cuenta con grandes obras como el mundialmente conocido “Bajo los árboles de la Moullin de la Galette” (1875) ­un rendido homenaje a la frivolidad parisina­, “En el jardín” (1875) y el evanescente retrato de “La actriz Jeanne Samary” (1877).

Las bailarinas de Degas, artista del movimiento, también tienen un lugar destacado en la galería, al igual que Claude Monet, el más purista de los impresionistas con una pieza de la serie “Lirios blancos en el agua” (1899), y las clásicas “La catedral de Rouen” y “Comida en el Campo” (1866).

El más ecléctico de los impresionistas, Paul Gauguin, despliega su fascinación con los indígenas haitianos como la sugerente “La esposa del rey” (1899), pero también nos regala una obra maestra del clasicismo en “Café en Arlés” (1888). “Hombre fumando con pipa” (1896), de Paul Cezanne, es otra de las joyas de la nueva galería.

El museo Pushkin también expone a los principales representantes del puntillismo, Sisley y Signac, este último con “La playa de Saint-Briac”, una de las obras más famosas de esta corriente.

Mientras, la presencia del precursor del movimiento, Eduard Manet, con el retrato de “Rosita Mauri”; y la de Tolouse-Lautrec, con un solo lienzo, “La cantante Yvette Gilbert” (1889), es testimonial, al igual que Pissarro con “La Avenida de la Opera”, una de las cumbres del impresionismo.