El arte de Modigliani compite con su mito
Apodado el «artista maldito», Amedeo Modigliani (1884-1920) tuvo una vida polémica y trágica convertida en mito que no debería, como pasa con frecuencia, eclipsar su genial obra, según se constata en la exposición que está abierta en Londres hasta el 15 de octubre. La muestra «Modigliani y sus modelos» se puede visitar en la Royal Academy of Arts y reúne cincuenta trabajos, incluidos numerosos retratos y algunos de sus inimitables desnudos femeninos.
Simonetta Fraquelli, una de los comisarias de la exposición, afirma que se trata de la muestra más importante dedicada al artista en el Gran Bretaña durante los últimos cuarenta años. Uno de los objetivos de la exposición, comenta Fraquelli, es «hacer que el público vuelva a fijarse en sus cuadros y se dé cuenta del gran artista que él es, en vez de leer solamente la historia de su vida», que ha inspirado películas de Hollywood como “Modigliani” (2004), en la que el actor Andy García encarna al pintor.
Con esa idea en mente, la retrospectiva resalta la fascinación del genio italiano con la fisonomía humana, ya que «pintó a sus amantes, a sus marchantes y a sus amigos», según explicó la comisaria.
Nacido en Livorno (centro de Italia) en el seno de una familia judía y burguesa, Modigliani estudió pintura en Florencia y Venecia. Sin embargo, Modi, como le llamaban sus amigos, dejó su país en 1906 y se marchó a París. Se instaló primero en la zona de Montmartre y después en el bohemio barrio de Montparnasse, no muy lejos de otro artista “buscafortunas” que respondía al nombre de Pablo Picasso, con quien mantendría una conocida rivalidad.
Pese a su frágil salud, Modi se embarcó en una vida disoluta marcada por la bebida (no en vano, solía cobrar en alcohol sus cuadros), las drogas, las broncas y una larga lista de deudas en bares y burdeles que le acabarían pasando factura. Descubrió en París el arte africano, muy influyente en su carrera, pero rechazó corrientes como el cubismo argumentando: «No voy a usar ninguno de los pequeños trucos de Picasso». Cuando otros artistas pintaban bodegones y paisajes, Modi apostó por la forma humana y creó un estilo único caracterizado por el vivo color y los ojos almendrados, las bocas pequeñas, las narices torcidas y los cuellos alargados de sus retratos.
Amedeo Modigliani tuvo muchos amoríos hasta que conoció a la escritora y poeta británica Beatrice Hasting, quien fue su novia durante dos años y le sirvió de modelo. Un ejemplo de esa relación es el óleo “Beatrice Hasting en frente de la puerta” (1915), un retrato apacible que refleja el momento más dulce de un idilio salpicado de borracheras violentas que terminó en 1915 y al que siguió años después el suicidio de la musa. Después de otras aventuras, Modigliani se casó con Jeanne Hébuterne, una estudiante de arte a quien su familia repudió por contraer matrimonio con el “artista maldito”.
Modi, quien dijo una vez que «pintar una mujer es poseerla», retrató a su esposa una treintena de veces.
La muestra también ofrece la oportunidad de contemplar una decena de sus desnudos femeninos, tan provocadores por la mirada lasciva de alguna modelos, sus pechos redondeados y la presencia de vello púbico, que escandalizaron al París más conservador de la época. Asimismo, se pueden ver retratos de algunos contemporáneos de Modigliani
Tras una vida de excesos, Modigliani murió el 24 de enero de 1920 a los 35 años, víctima de una meningitis tuberculosa. Dos días más tarde, Jeanne Hébuterne, embarazada de nueve meses, se suicidó arrojándose desde el quinto piso de un hotel.
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