MEXICO D.F.
La Policía Federal Preventiva (PFP) desalojó el pasado lunes con gases lacrimógenos y a golpes a varios legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y a unos setenta simpatizantes izquierdistas de uno de los accesos a la Cámara de Diputados de México que habían bloqueado.
En el desalojo participaron unos 500 policías, quienes, auxiliados con grúas, retiraron del acceso a la Cámara de Diputados numerosos vehículos. Esa ha sido la primera vez que la Policía ha reprimido una protesta de estos activistas.
El bloqueo forma parte de una campaña organizada por la coalición Por el Bien de Todos para desbaratar el fraude cometido, según ellos, para arrebatarle la victoria a su candidato en las elecciones presidenciales del pasado 2 de julio, Andrés Manuel López Obrador, y dársela al conservador Felipe Calderón.
López Obrador lamentó éstos hechos de violencia y ratificó hoy que su movimiento es de «resistencia civil pacífica».
Desde el Gobierno mexicano, sin embargo, trataron de quitar importancia a la respuesta policial. «No veo un acto de represión, sino roces que lamentamos», dijo ayer el ministro de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora.
La respuesta policial no desanimó a los seguidores de López Obrador, quienes ayer bloquearon durante dos horas la sede de la Embajada española en Distrito Federal. Fuentes de la sede diplomática dijeron que en el bloqueo, en el que no hubo violencia, se corearon consignas contra el fraude electoral y contra el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Los activistas recordaron, molestos, que Rodríguez Zapatero llamó por teléfono al conservador Felipe Calderón para felicitarle por su triunfo el pasado 7 de julio, un día después de que Calderón fuese declarado vencedor de los comicios pero no proclamado formalmente presidente electo, ya que la coalición Por el Bien de Todos impugnó la elección y trasladó el fallo definitivo de la misma al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).