En Gipuzkoa se detectan cada año casi 40 casos de pacientes con «solitaria»
Un parásito intestinal que provoca pérdida de peso y nerviosismo entre otros trastornos. Es la tenia, también conocida como solitaria, que puede alcanzar varios metros en su forma adulta dentro de nuestro cuerpo. Los responsables sanitarios de Gipuzkoa detectaron un alza de casos en 2003 y decidieron aplicar un plan de control que no evita que tanto en 2004 como en 2005 se hayan registrado 39 diagnósticos cada año de esta enfermedad poco conocida.
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Cuando uno, en su niñez, no engordaba, era habitual que su madre le dijera aquello de «parece que tienes la solitaria». Una especie de «que viene el lobo» para ver si uno comía más. Sin embargo, la solitaria, también conocida como tenia, no es ningún cuento. Un equipo médico de la Sudirección de Salud Pública de Gipuzkoa y del Hospital Donostia ha publicado en el último número del Boletín Epidemiológico de la CAV los datos de evolución de presencia de este parásito intestinal en el territorio guipuzcoano: han registrado nada menos que 255 casos en los distintos centros hospitalarios, 39 durante el pasado año.
Este dato, referido sólo a Gipuzkoa, da, sin embargo, idea de la presencia de diagnósticos de teniasis en nuestro entorno. En el año 2003, por ejemplo los casos guipuzcoanos se elevaron a 57, y es que, por ejemplo, a nivel del Estado español se constata un aumento constante en el número de registros.
Ese pico detectado en Gipuzkoa estuvo motivado «por un desarrollo puntual de la parasitosis en el ganado vacuno procedente de explotaciones de cebo intensivo integrado». Durante el periodo 2000-2003, las inspecciones post mortem llevadas a cabo en los mataderos guipuzcoanos detectaron un aumento gradual del número de cisticercosis bovina (146 casos en 2003), por lo que se planteó la vigilancia activa y el estudio de la presencia de este parásito en pacientes hospitalizados para conocer su incidencia.
Los resultados del estudio
Los resultados fueron que durante el pasado 2005 se declararon 39 casos, los mismos que en el año anterior. El motivo de que acudieran a consulta médica guardó relación con la visualización de segmentos en las heces. El tiempo transcurrido desde la visualización de anillos al momento de la consulta varió entre cinco días y cuatro años.
La edad de los pacientes variaba entre los 4 y 84 años, siendo el 23% de los casos de residentes en Donostia, el 10% en Azkoitia, el 7,7% de Zumaia y el resto con una distribución desigual. El equipo médico autor de esta investigación entrevistó a 35 de los afectados, y la mayoría presentaba como factor de riesgo, precisamente, el consumo de carne cruda o poco cocida. En cualquier caso, un 71% de los afectados no presentó síntomas de la enfermedad.
Tras constatarse este repunte de casos en 2003, la desparasitación temprana del ganado y la aplicación de mejores medidas higiénicas, auspiciados desde las administraciones sanitarias y veterinarias, han posibilitado un descenso de diagnósticos en los dos años posteriores. «Los resultados de la vigilancia han sido satisfactorios y se seguirá con la vigilancia epidemiológica activa durante los siguientes años», señala el equipo médico.
Pero ¿de qué estamos hablando? La teniasis es una infección intestinal causada por la taenia saginata o la taenia solium. «El consumo de carne cruda o poco cocida con cisticercosis es el medio de transmisión habitual», recuerdan los expertos. Ambas infecciones son indirectas, ya que el ser humano las adquiere a través de la ingesta de carne de vacuno o porcino con parásitos, siendo las personas el huésped definitivo y el ganado el intermediario.
Las manifestaciones clínicas por una tenia adulta son variables y pueden incluir desde nerviosismo, insomnio, anorexia, pérdida de peso y dolores abdominales hasta trastornos digestivos. Estamos ante un parásito que puede alcanzar longitudes entre cuatro y doce metros dentro de nuestro cuerpo y en algunos pacientes ha tenido que ser extraido por la boca.
Común allá donde se come carne cruda
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La distribución presencial de este parásito es mundial, y de forma particular en lugares donde la carne de res o de cerdo se ingiere cruda o insuficientemente cocida, y en los que las condiciones sanitarias permiten a los cerdos y a las reses tener acceso a las heces humanas. La prevalencia es más alta en diversas zonas de América Latina, Africa, Asia suroriental y Europa oriental; la infección es común en inmigrantes que provienen de esas zonas. La transmisión de T. solium es rara en Estados Unidos y Canadá, y aún más rara en Gran Bretaña o Escandinavia.
En Estados Unidos se ha notificado con frecuencia cada vez mayor la transmisión por contacto fecaloral con inmigrantes que tienen infecciones por T. solium importadas. Es poco probable que los inmigrantes provenientes de zonas endémicas diseminen la infección en países con sanidad satisfactoria.
El modo de transmisión es sencillo: los huevos de T. Saginata expulsados en las heces de una persona infectada infectan sólo al ganado bovino, y en la carne de las reses el parásito se transforma en cysticercus Bovis, la fase larvaria de T. Saginata. La infección en personas se produce como consecuencia de la ingestión de carne de res cruda o insuficientemente cocida que contiene los cisticercos; en el intestino, las larvas se transforman en la tenia adulta.
Los huevos aparecen en las heces humanas de 8 a 12 semanas después de la infección con la tenia adulta T. Solium y de entre 10 a 14 semanas en el caso de la T. Saginata.
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