El escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que acaba de publicar en el Estado español “Viajes con Heródoto” (Anagrama), sostiene que en el momento actual, como apuntan algunos autores, «no estamos ante una guerra de religiones, sino económica». A su juicio, «se trata de un conflicto de intereses, natural en un mundo tan complicado y diferenciado como el nuestro», y agrega que «la religión es secundaria y se la utiliza muchas veces para justificar los actos de los diferentes actores que intervienen en los conflictos».

Autor de una extensa obra, desde que en 1962 publicara “Bus po polsku”, Kapuscinski es hoy un hombre muy viajado que ahora se mueve lo imprescindible y que declara que a sus 74 años le interesa, especialmente, «todo lo que tenga que ver con la antropología natural», además de asegurar de forma rotunda que, por ejemplo, no le gustaría entrevistar a Bin Laden. «Más que seguir la política mundial ­reconoce­ lo que hago es ver cómo cambian las sociedades en este mundo multicultural y qué relaciones tienen las diferentes culturas entre sí», y recuerda que una vez le ofrecieron mantener un contacto con Henry Kissinger cuando era secretario de Estado de Estados Unidos y lo rechazó. Aunque a lo largo de su vida el reportero polaco ha visitado muchos países de Africa, Asia, América y Europa, cree que el viaje «dificulta la escritura, que demanda tranquilidad y mucha concentración». Sin embargo, sigue manteniendo que «el viaje es una fuente, aunque simultáneamente sea un impedimento. Resolviendo esta contradicción se pasa la vida el reportero».

Reflexiona Kapuscinski sobre las realidades virtuales y aventura que estamos en un momento de la Historia en la que «la gente cree más en la verdad de la pantalla del televisor que en la realidad». Pone como ejemplo que en un incendio ocurrido en la catedral de Florencia (Italia) muchos prefirieron mirar la televisión que ver en directo las llamas del fuego. «El problema que tenemos es que la gente cree lo que ve por la pantalla, lo que facilita la manipulación de las conciencias, por la fuerza que tiene la imagen. Y no sabemos adónde nos llevará esto, porque es un fenómeno muy nuevo. La verdad es que creo que será muy difícil vivir en el siglo XXI», apostilla. Sobre el periodismo, que ha ejercido durante más de cuarenta años, opina que en algunos países del mundo todavía hoy desarrolla un papel «muy importante, como fuerza que se opone a una dictadura, pero en otros, no». Además, agrega, «esperamos respuestas fijas en una situación que es movible, en un mundo muy cambiante, muy inseguro e imprevisible».

En cuanto a los intelectuales y los políticos, el escritor polaco cree que existe una «crisis de voz de la opinión pública», mientras que de la clase política dice que «se independizó de la sociedad. La vida política -remarca- puede existir hoy sin la participación de la sociedad».

Escritor de títulos como “El Emperador”, sobre la decadencia del reinado en Etiopía de Haile Selassie, “El Sha” o “Ebano”, Kapuscinski ha estado en el Estado español para presentar su última obra, “Viajes con Heródoto”. En ella, considera al padre de la Historia como el «primer globalista» porque supo entender que «el mundo no está poblado por una sola nación o cultura».