NUEVAYORK - MADRID
El negocio de las armas vive uno de los momentos más florecientes de la historia. Año tras años los cifras que barajan diferentes organizaciones muestras un espectacular ascenso de los gastos y, también, de los beneficios, escandalosos, de la industria de la muerte. El estudio elaborado por Intermón-Oxfam, con datos del presente, año, completa el elaborado por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo, el pasado mes de junio, para presentar una realidad aterradora.
Según la ONG británica, los gastos militares en el mundo en 2006 superaran el monto máximo alcanzado durante la Guerra Fría, y calcula que ascenderá a 835.000 millones de euros. Cantidad que es casi 15 veces superiores al volumen de la ayuda humanitaria internacional, asegura la organización.
Esta alza de los presupuestos militares ha provocado una bonanza de la industria armamentistas sin precedentes. Así, sus 100 primeras empresas han visto aumentar en cuatro años sus ventas en un 60%. En efecto, las ventas pasaron de 157.000 millones de dólares (123.800 millones de euros) en 2000 a 268.000 millones de dólares (211.300 millones de euros) en 2004, precisó Intermón-Oxfam.
Según la ONG, en declaraciones a la Cadena Ser, estas armas son las que están alimentando los conflictos que, a su vez, son la principal causa de hambrunas en todo el mundo: el 35% de emergencias alimentarías ocurridas en los últimos años están provocadas por guerras. Entretanto, el gasto militar global sigue aumentando: si se cumplen las previsiones, este año superará los máximos históricos alcanzados en los últimos años de la Guerra Fría.
Arian Arpa, directora general de la ONG, señalado que los primeros responsables son los Gobierno occidentales «que permiten que los fabricantes de armas aumenten constantemente sus ventas». También ha apuntado la responsabilidad de los particulares, señalando el dato de que cada minuto muere una persona por un disparo de arma de fuego, «que en su mayoría no están en manos de fuerzas regulares».
Iniciativa en la ONU
Además, exigió a Naciones Unidas la elaboración de un tratado internacional que regule el comercio de armas. «El problema es que las armas están en manos de quien no debería», ya que a su entender, estas armas deberían estar sólo bajo control de «fuerzas regulares de Estados democráticos».
Al respecto, un grupo de siete países, Gran Bretaña, Argentina, Australia, Costa Rica, Finlandia, Japón y Kenia busca el apoyo de la Asamblea General de la ONU para lograr un tratado que prohíba las ventas de armas a países que violan los derechos humanos, los embargos de armas o cometen genocidio.La cuestión tiene su miga, ya Gran Bretaña, por ejemplo, es acusada por distintos actores internacionales de genocidio en Irak y, además, es un gran exportador de armas, por lo que se hace difícil entender su supuesta ética en el negocio de las armas y su política internacional, criticada incluso en el seno del partido gobernante.
Por su parte, el SIPRI ofreció los datos correspondientes a 2005 el pasado mes de junio.
Según la organización, los gastos militares en el mundo en 2005 llegaron a un billón 118.000 millones de dólares, y el primer consumidor de armamento fue EEUU, con 48% de lo invertido a nivel mundial.
De acuerdo con el informe anual del SIPRI sobre la producción armamentista y el desarme, los gastos mundiales en armamento aumentaron 34% frente a los de 2004, y la cifra equivale a un desembolso de 173 dólares per cápita.
El informe indicó que el 80% de los gastos militares adicionales en 2005 correspondió a EEUU. Para Washington, el gasto realizado en 2005 representó un incremento de 1% respecto de 2004, mientras su presupuesto de defensa alcanzó 1.604 dólares por ciudadano.
A EEUU le seguían en 2005, muy de lejos, Gran Bretaña, Estado francés, Japón y China, con apenas 4 y 5% del gasto mundial. Respecto de las exportaciones de armamento, el SIPRI constató que sigue la tendencia al alza con un volumen de entre 44.000 a 53.000 millones de dólares, y los principales exportadores son desde 2001 Rusia y EEUU, cada uno con una cuota de mercado de alrededor de 30%. A ellos les siguen, a mucha distancia: Francia, Alemania y Gran Bretaña, con 20% entre los tres.
La pobreza, una amenaza mayor
En opinión del centro de investigación británico independiente Oxford Research Group, la prioridad dada a la «guerra contra el terror» distrae a los políticos de los verdaderas problemas que representan «una verdadera amenaza, duradera y destructiva», mayor que el «terrorismo internacional». Entre estas amenazas menciona a la pobreza, la desigualdad comercial, la militarización global, la competencia por los recursos y el cambio climáticos. -