Alfonso X regresa a Gasteiz
Las estrechas callesde la parte alta del Casco Viejo de Gasteiz volvieron a quedarse pequeñasdurante buena parte del día de ayer. Elmotivo de estamasiva presencia no era otro que una nueva edición del mercado medieval.La colina retrocedió 750 años en el tiempo, hasta situarse en la primera estancia del rey Alfonso X en la porentonces villa.
Productos artesanos que no se encuentran fácilmente en ninguna otra parte como trajes típicos e instrumentos varios de la época del medievo, zurrones de calor y frío o varios hornos de pan y bollería. Todo eso y mucho más fue lo que pudieron observar, e incluso adquirir, las miles de personas de toda edad y condición que, durante buena parte del día de ayer, abarrotaron la parte alta de la colina gasteiztarra, que acoge este fin de semana la quinta edición de un mercado medieval consolidado. Las calles y los más de dos centenares de puestos, engalanados para la ocasión, retrocedieron 750 años en el tiempo, hasta situarse en 1256. Año en el que el rey Alfonso X el Sabio ordenó el segundo ensanche de la por entonces villa, que se realizaría por la parte oriental, construyendo las nuevas calles de Cuchillería, Pintorería y Judería. Al igual que por aquel entonces, se recreó un escenario en el que conviven las culturas cristiana y árabe. Así, en la zona del palacio Eskoriatza-Eskibel se instaló el tradicional zoco árabe, con jaima y todo, para poder degustar un té con unas deliciosas pastas tranquilamente. Tampoco faltaron las aclamadas danzas orientales y los espectáculos de acrobacia. La federación de comerciantes del Casco Medieval sacó a la cuesta de San Vicente y la calle de las Escuelas el material que durante el resto del año vende en la tienda. Lo que queda de la parte alta de la colina y la plaza del Machete está ocupado por distintos oficios artesanos.
Atrezzo medieval
Este último rincón ha sustituido este año la cetrería, que se ha trasladado al jardín de Etxanobe, por una exposición de animales, que en el día de ayer atrajo la curiosidad de los más pequeños. Algo similar sucedió con el paseo en burro. Despertó mucho interés la trasera de Fray Zacarías, en la que se exponen catapultas, jaulas colgantes, temidos instrumentos de tortura, paneles sobre la heráldica, pasatiempos y juegos infantiles y hasta una rueda de la fortuna, que deja la vida de uno en manos del destino. Todo aquel que tenga ganas de divertirse tiene además la oportunidad de probar con el tiro con arco. Unos metros más adelante, los jóvenes del gaztetxe se afanaron para que los visitantes conozcan detalles sobre el PERI del Casco Viejo, muy criticado por los vecinos de la zona, ya que consideran que no cubre las verdaderas necesidades del barrio. No fueron pocos los que ayer entraron en las antiguas cocheras del palacio de Montehermoso para tomarse algo. Los que no se acercaron en la jornada de ayer o los que sí lo hicieron y salieron entusiasmados, tienen hoy otra oportunidad. Malabaristas, juglares saltimbanquis, pasacalles de la picaresca y de la corte y varias kalejiras musicales se encargarán de alegrar un ambiente totalmente medieval. -
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