- El Alaves no pasa del empate ante el Tenerife en Mendizorrotza -
El Alavés no sabe jugar en Gasteiz
·El Tenerife no cayó en la trampa y la vaselina de De Lucas en el primer minuto fue todo el bagaje ofensivo albiazul
DEPORTIVO ALAVES 0 TENERIFE
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GASTEIZ
Jugar en Mendizorrotza lleva camino de convertirse en un problema para el Alavés, que parece no saber hacerlo cuando le toca competir en Gasteiz. La comisión deportiva volvió a apostar por jugar como si lo hiciera como visitante y, con un Tenerife que se sabía el truco, el resultado fue un partido soporífero en el que, en vez de repartir un punto a cada equipo, debieran restarles alguno a ambos. El Alavés remató una vez a puerta, en un intento de vaselina de De Lucas en el primer minuto, un bagaje muy escaso que incluso pudo haber sido castigado con la derrota en caso de que el árbitro hubiera señalado el claro penalti por mano de Astudillo en el minuto 36.Ya le sucedió hace dos temporadas y el Alavés volvió a demostrar que le cuesta llevar la iniciativa del juego, hasta el punto de que renunció a ella a pesar de jugar en casa y de llevar una racha de resultados que debiera haberles servido para tener más confianza. Lo preocupante no son los dos puntos que volaron ayer, sino la sensación de impotencia transmitida y la fe ciega de los técnicos en esta manera de jugar. Bien es cierto que sirvió ante el Castilla, pero el filial blanco es un oasis de frescura en una Segunda tan seca y serán muchos más los equipos que vengan a Gasteiz a jugar como lo hicieron ayer el Tenerife o el Elche en la primera jornada y se ha comprobado nítidamente los problemas ante equipos que no pican el anzuelo. De todos modos, todo pudo cambiar nada más empezar si De Lucas hubiese estado más acertado en la primera y la única ocasión clara del partido para el Alavés. Corría el minuto 2 cuando, tras recibir un buen pase interior de Ogbeche, el catalán se plantó delante de Bernardo e intentó una muy floja vaselina que el portero cedido al Tenerife sacó sin demasiados problemas. En la jugada posterior, el propio De Lucas volvió a la carga, ganó la línea de fondo y su pase de la muerte fue repelido con mucho peligro por un defensor tinerfeño. Con dos acciones tan rápido, el partido prometía pero no fue más que un espejismo, ya que, a partir de ahí, no hubo nada de nada.
A la espera del fallo
Y es que, en todo el resto de la primera parte, el Alavés se limitó a esperar un error del equipo rival para pillarle a la contra. La alineación, con Gaspar en el lateral derecho y Jandro y Ogbeche en las dos posiciones más adelantadas, era una clara declaración de intenciones. A la comisión deportiva no le importó nada jugar en Mendizorrotza y planteó un partido como los que le gusta jugar fuera de casa, con los once hombres dentro de su campo en defensa y tocándola y tocándola en horizontal, sin ninguna profundidad en ataque. El Tenerife, conforme con el empate, no picó el anzuelo y así, los 88 minutos restantes del partido fueron un auténtico sopor. El único momento de tensión en la primera mitad llegó en el minuto 36, en una confusa jugada en la que a Carpintero se le volvió a salir el hombro y que terminó en falta a favor del Tenerife. El libre directo fue repelido con el hombro por Astudillo pero González González debió cubrir su cupo semanal de penas máximas en Copa en Cádiz y se comió un claro penalti en el área albiazul. El cambio de Lacen por un Carpintero al que los problemas en su hombro le pueden tener que hacer pasar por quirófano fue el último dato reseñable de la primera mitad. Para desgracia de todos, poco cambió el panorama en la segunda mitad, a pesar de que dio cierta sensación de que el Alavés presionó más arriba. El Tenerife, que se daba por satisfecho con el empate, se sintió cómodo e intentó dormir el partido, tocando y tocando el balón e incluso a los tres minutos de la reanudación tuvo una buena oportunidad en los pies de Angel, que no supo definir en el mano a mano con Bonano. Sólo después de desperdiciar más de una hora en un absurdo juego en el que parecía que a ambos les daba vergüenza o reparo buscar la portería contraria, decidieron los técnicos albiazules tratar de cambiar el guión del partido. Probaron primero con Rubén Navarro como acicate a la medular en labores de enganche, pero pese a su brío, el catalán no consiguió descongestionar el ataque y entonces saltó a la cancha Aloisi, pero la apuesta por el juego directo no dio los resultados esperados en veinte minutos y la sensación de inoperancia ofrecida fue desesperante.
Cos: «No nos faltó ambición pero ellos no han picado»
J.O. GASTEIZ Pese al pobre espectáculo ofrecido ayer por su equipo a la afición, Chuchi Cos negó que su sistema sea defensivo e hizo una defensa a ultranza de la forma de jugar empleada ayer. «No hemos pecado de falta de ambición. Ellos no han picado, han estado muy serios y aplicados y no hemos podido pasar esas líneas tan pegajosas que han puesto», declaró el cántabro. «Llevamos jugando así tres años y no creo que sea una propuesta defensiva, sólo que nuestro equipo, con la gente que tiene calidad ahí arriba, si se desarma, somos muy vulnerables pero, si estamos juntos, somos un equipo muy fuerte. Todo hubiera cambiado de haber metido una de las que hemos tenido al principio», se defendió el entrenador albiazul. «Hay equipos que ascienden ganando por 1-0 con algún corner y falta». En este sentido, no se mostró preocupado de cara al futuro y achacó la falta de creación al mal día de los medias puntas. Eso sí no le quedó más remedio que reconocer que «la verdad es que fue un bagaje ofensivo muy pobre, ellos nos tenía muy estudiados del partido del miércoles. Hemos tenido diez minutos muy buenos, pero luego ellos han puesto dos líneas de cuatro muy pegajosas y no hemos podido romperla, a pesar de que hemos cambiado de delanteros».
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