Jon Odriozola tiene las ideas claras. Si ha aceptado la propuesta del Euskaltel-Euskadi para ser su director en los dos próximos años es porque cree en el proyecto que le ha presentado Igor González de Galdeano. La nueva línea de «trabajo en equipo» que ha impulsado el gasteiztarra le ha convencido. El hasta ahora director de Orbea nos atendió ayer en Oñati. «El proyecto que me han presentado coincide con mis ideas», confirma, y piensa que su nueva labor es «una continuidad» de su tarea en Orbea, aunque «con más responsabilidad». Coincide en dar un nuevo aire y «más carácter» al conjunto naranja y recuperar así la conexión con la afición vasca. «Llego para aportar frescura», adelanta.
Su intención era tomar una decisión antes del Tour del Porvenir, pero hasta el pasado miércoles no anunció que aceptaba la propuesta del Euskaltel-Euskadi, ¿por qué?
Tenía claro entrar en este proyecto, pero se ha demorado porque no hemos podido reunirnos, y no ha quedado más remedio que esperar a que terminara la Vuelta y el Tour del Porvenir. La cuestión era sentarnos y tener claro lo que cada uno quería del otro. Yo tenía que saber lo que se quería de mí y cuál iba a ser mi función.
¿Qué le ha empujado a aceptar la oferta de Miguel Madariaga?
Si he aceptado es porque estoy convencido de que el proyecto de futuro que me han presentado coincide con mis ideas y pienso que es una continuidad de lo que hacía en Orbea, aunque con más responsabilidad porque se trata de un equipo Pro Tour. Madariaga se ha dado cuenta a tiempo de que había que enderezar esto y ese cambio de rumbo que quieren dar es un acierto total. E Igor tiene las ideas claras. Yo llego para aportar frescura en esa nueva línea de trabajo. Han apostado por ese cambio y me parece que han acertado. Creo totalmente en la filosofía del Euskaltel-Euskadi y creo que es la misma que llevaba en Orbea.
Y, además, ser director en el equipo de casa era una oportunidad única.
Como vasco no hay nada que me haga más ilusión que trabajar en el Euskaltel-Euskadi. La afición vibra con los corredores y por eso hay que transmitir esa nueva ilusión y ese nuevo carácter que se le quiere dar al equipo. Es importante que la afición vasca conecte con la afición, al igual que en los primeros años.
Una curiosidad, ¿como profesional nunca tuvo
la oportunidad de correr en este equipo?
Sí hubo esa posibilidad. Cuando vine de Italia tuve una oferta del entonces Euskadi, pero también de Banesto y otros dos equipos de Italia. Entonces, deportivamente, Banesto era la mejor opción. La verdad es que me quedé con ganas de representar al equipo de mi país.
Ahora puedo hacerlo como director.
Estoy muy orgulloso de poder aportar lo que no he podido aportar como corredor. Cuando era corredor y veía en las cunetas las ikurriñas, las caravanas o las camisetas naranjas se me ponía la piel de gallina. Ahora, como director, espero sentir el calor de esa gente. Hay que recuperar aquello. Es decir, que la afición identifique al equipo con el carácter vasco, de ciclista noble y valiente.
En cualquier caso, parece que no ha sido una
decisión fácil de tomar.
En Orbea he estado encantado y estoy muy orgulloso. Así que si he dado el paso es porque voy a tener la posibilidad de continuar mi trabajo de Orbea en el Euskaltel-Euskadi que se basa en el trabajo en equipo. Un corredor no va a justificar el trabajo de todo un equipo y a cada uno hay que exigirle el máximo.
Asimismo, un tercer vértice era su familia.
El aceptar ser director de Euskaltel-Euskadi pasaba por hablar con mi familia y Orbea.
¿Cuál va a ser la relación entre Orbea y
Euskaltel-Euskadi?
Mi decisión conlleva que ahora Orbea va a ser un equipo
filial de verdad del Euskaltel-Euskadi porque cubre un escalón que hace falta.
Una figura como la de Alvaro González de Galdeano es indispensable. La
idea es muy buena, controlar y cuidar a los juveniles y a los amateur. Asimismo,
crear vínculos con equipos aficionados. Es decir, probar en Orbea a todos esos
corredores que interesan para que maduren, y pasar a Euskaltel gente preparada y
con garantías. Es un trabajo de futuro y se podrá hacer una valoración después
de dos años.
Las bajas que se han dado en el equipo parece que van en esa línea de futuro.
La apuesta es clarísima: rejuvenecer al equipo. Mi relación con los corredores va a cambiar. Mi tarea es la de director y voy a tener mano dura para transmitir mis ideas, siempre siguiendo el camino que me marquen Igor y Madariaga.
A falta de la renovación de Mayo, la plantilla está prácticamente definida, ¿qué le parece?
Yo creo que hay un buen equipo, pero hay que trabajar mucho y cambiar la mentalidad porque hay algunos vicios. -
U.I.
OÑATI En Orbea, Odriozola ha trabajado por un proyecto de ciclismo diferente, de formación, cantera y educación, y lo ha defendido por encima de todas las dificultades que se ha encontrado en el camino. «Ha sido un trabajo bonito y un proyecto que se necesita en el ciclismo y por ahí creo que tiene que ir el futuro de este deporte».
Pero el director oñatiarra no esconde las carencias de la categoría continental. «No podemos engañarnos y hay que decir que ha sido una categoría patética, en el sentido, sobre todo, de tener que luchar por correr. Sin un calendario fijo no podíamos hacer una planificación. Han sido demasiadas pegas para que la categoría merezca mi respeto».
En ese sentido, confiesa que «en muchas ocasiones me he dado contra una pared y ha sido cuestión de rodearla o escalarla. No tiene ningún sentido. En cualquier caso, el equipo ha dado buena imagen y ha tenido presencia».
Pese a todo, no arroja la toalla. «Ahora va a mejorar con la ayuda del Euskaltel-Euskadi, mi experiencia y los contactos que hemos podido hacer en estos dos años».
