La demagogia pro nuclear y Garoña
La central de Garoña ha sufrido una nueva parada no programada, la tercera en un mes, un imprevisto que, según los responsables de la empresa que lleva la instalación, se produce en un momento «no oportuno». Efectivamente, la sucesión de paradas se produce en un momento poco oportuno desde el punto de vista de los intereses de Nuclenor, ya que esta compañía aspira a renovar en 2009 el permiso de explotación. Y esa fecha es la que se apunta para su eventual cierre, si atendemos a las filtraciones interesadas en medios de prensa cercanos al Gobierno del PSOE.
La situación actual de la central, cuyos materiales muestran signos evidentes de fatiga, debería ser, en todo caso, un factor a tener en cuenta antes de dar por hecho que la única central de primera generación que sigue abierta en el Estado español pueda llegar a cumplir la cuarentena. Los últimos incidentes no pueden sino reforzar la demanda social mayoritaria en favor de la clausura inmediata de la central, que no admite más demoras.
El estado de Garoña es un motivo de peso para cerrar una central sobradamente amortizada y cuya producción no es para nada relevante, al suponer apenas el 1,6% del total de producción eléctrica del Estado español y costar cada kilowatio unos 3.000 euros, frente a los menos de mil que cuesta el procedente de la energía eólica. Sin embargo, el diputado general de Araba, Ramón Rabanera, ajeno al pronunciamiento contra la ampliación de la vida de la central adoptado por las Juntas Generales, con la sola oposición de su partido, volvía a plantear ayer que para cerrar Garoña hay que aportar alternativas energéticas ¿le suena la energía eólica y el gas natural? ¿Conoce el bioetanol, el hidrógeno, el biodiesel... como alternativas al uso de combustibles fósiles? y tachaba de demagógica la postura de rechazo a Garoña que secunda la inmensa mayoría de la ciudadanía de Araba.
El diputado general debería saber que la industria nuclear además de peligrosa es una ruina, que ha llevado a la hasta ahora empresa pública francesa EDF a acumular una deuda cercana a los 25.000 millones de euros, en el origen de su privatización. ¿Le parece una casualidad que la energía del átomo, que en los años 70 se vendió como una panacea, suponga hoy menos del 6% del consumo mundial o que EEUU haya cerrado hasta ahora 23 centrales y que, al igual que Gran Bretaña, Canadá o Alemania, no tenga proyectadas nuevas plantas nucleares? -
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