DUBLIN
La reina británica Isabel II viajó a Belfast para despedir a uno de los símbolos de la opresión británica en Irlanda. Oficiales del Regimiento Real Irlandés (RIR) desfilaron por última vez antes de la disolución de los tres batallones del regimiento estacionados en el norte de Irlanda el próximo mes de julio. Isabel II entregó la Cruz de la Eminente Gallardía al regimiento mientras recordaba «su contribución a la paz y estabilidad en Irlanda del Norte», así como el «sufrimiento e intimidación extremos» padecidos por los miembros del regimiento.
Sin embargo, la reina Isabel II no mencionó el controvertido historial del regimiento y de una organización paramilitar el Regimiento de Defensa del Ulster (UDR) que se integró con los Guardas Reales Irlandeses en los RIR el 1 de julio de 1992.
El Gobierno británico inicialmente anunció la disolución del UDR en 1991, en una decisión que fue presentada como puramente militar. Sin embargo, ya para aquel entonces sólo el 3% de los soldados de esta agrupación militar eran católicos. El UDR se ganó a pulso la desconfianza y el odio de la comunidad nacionalista, ya que muchos de sus soldados compartían militancia con grupos paramilitares protestantes y el regimiento se vio involucrado en numerosos actos de connivencia con estas organizaciones.
Caso de connivencia
En uno de los casos más conocidos, dos soldados del UDR fueron condenados por el homicidio de tres miembros de un grupo de música en un ataque protagonizado por la organización paramilitar lealista UVF en 1975. En aquel entonces, hasta la Policía norirlandesa mostró su consternación por el reclutamiento de un grupo de miembros del UVF en el UDR. Durante los 22 años de existencia del regimiento, 197 soldados del UDR en servicio murieron en acciones militares; 60 más murieron a consecuencia de actuaciones contra ellos cuando ya habían abandonado el servicio activo.
Mientras cuatrocientos soldados del RIR desfilaban ante políticos unionistas, representantes del Gobierno británico, miembros de la familia real y primados protestantes, en las inmediaciones se manifestaban miembros de la comunidad nacionalista que aún se encuentran a la espera de investigaciones que esclarezcan las actuaciones del UDR y el RIR.
Sin embargo, para los miembros del RIR, la máxima preocupación, más que las posibles acciones judiciales, son las compensaciones que recibirán del Gobierno británico tras la disolución de sus batallones, que desaparecerán finalmente el 1 de julio del próximo año como parte de la Operación Estandarte, parte del proceso de desmilitarización anunciado por el Gobierno británico en setiembre de 2005, cuando el IRA confirmó la destrucción de su armamento y el fin de su campaña militar.