El del lunes fue sin duda un día memorable para la danza en Donostia, pues el que un conjunto tan puntero como es la primera compañía del Nederlands Dans Theater se deje caer por una ciudad tan pequeña, durante dos días consecutivos, supone una inmensa fortuna para los amantes de la danza y un gran mérito para los organizadores del evento. Se presentaron con tres creaciones. La primera fue la conocida “Wings of Wax” de Kylián, basada en el mito de Icaro, que ya tiene sus diez añitos pero que se mantiene tan fresca como el primer día, gracias a la belleza plástica del inicio y a la enorme inspiración de Kylián en los dúos finales. En cuanto a la realización, entre el elenco que bailó el lunes destacaron tres de las cuatro mujeres y, entre los hombres, Urtzi Aranburu, que se esforzó por dar una buena muestra de su enorme calidad ante sus paisanos.

Experimentación

Aunque los cuatro bailarines estuvieron más que bien, me temo que los ojos del público se desviaron constantemente hacia Nancy Euverink, con un increíble control muscular en las lentísimas evoluciones de los movimientos y un físico espectacular.

El espectáculo finalizó con la pieza titulada “Signing Off”, estrenada por la compañía en fechas muy recientes. La concepción escénica de Paul Lightfoot y Sol León no posee la introspección poética de las de Jirí Kylián, pero lo suple con un hipnótico equilibrio dinámico entre los bailarines y el entorno en que se mueven.

Un par de despistes del protagonista Stefan Zeromski empañaron un tanto su labor. Destacaron nuevamente las dos féminas, Esseboom y Euverink, y también un magnífico Miguel Oliveira. -

Mikel CHAMIZO