BEIRUT
Aviones de guerra israelíes penetraron ayer por la mañana en el espacio aéreo libanés, sobrevolando zonas del sur donde Hizbula cuya milicia trató de destruir sin éxito durante 33 días el pasado verano tiene una fuerte presencia, en la demostración israelí de fuerza más importante desde el alto el fuego impuesto por la ONU. Los beirutíes temieron estar a las puertas de nuevos bombardeos dadas las maniobras de los aviones.
En total, los aviones de combate israelíes entraron al menos seis veces en el cielo libanés, efectuando vuelos a gran velocidad. En algunos momentos cayeron en picado sobre barrios del sur del país, antes de volver a recuperar altura sobre territorio libanés. Los aparatos no abrieron fuego ni dejaron caer bombas, pero sus vuelos provocaron preocupación en los residentes de la zona.
Se desconoce el motivo que llevó a Israel a realizar estas incursiones, que se prolongaron durante más de media hora. La ONU ha pedido en repetidas ocasiones a Israel que deje de sobrevolar Líbano, asegurando que es una violación del alto el fuego. Sin embargo, Israel ha asegurado que continuará con estos vuelos «para impedir que Hizbula» se rearme.
También el Gobierno francés instó a Israel a poner punto final a los sobrevuelos en Líbano y recordó a Tel Aviv que se trata de una «violación de la soberanía libanesa». Otro tanto hicieron estados con presencia militar en el pequeño país árabe, como el español.
Además, al menos dos niños murieron ayer y otros dos resultaron heridos en Líbano al explotar una bomba de racimo lanzada por la aviación israelí durante su ofensiva contra el país entre el 12 de julio y el 14 de agosto, según informaron medios libaneses. El canal NTV aseguró que la bomba estalló cuando las víctimas jugaban con ella cerca del instituto Abas Al Musawi de Balbek, ciudad situada en el valle de la Bekaa. Más de cien personas han muerto o han resultado heridas hasta el momento por esas bombas lanzadas por Israel.