Abbas pide la intervención de la ONU para detener la nueva matanza israelí
Al menos ocho palestinos resultaron ayer muertos en la localidad de Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, lo que eleva ya a 43 el número de muertos desde que el pasado miércoles comenzó una incursión que los ocupantes israelíes llamaron «Nubes de otoño». La UE, por su parte, mostró su «profunda preocupación» por la situación.
GAZA
Tras cuatro días de brutal ofensiva, el presidente palestino Mahmud Abbas, dirigió ayer una carta al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que convoque una reunión de urgencia para discutir la situación provocada por la última agresión israelí, explicó ayer el portavoz de Abbas.Por cuarto día consecutivo, tropas israelíes de ocupación continuaron la matanza con ocho nuevas víctimas, lo que eleva a 43 el número de muertos. De de estos 43 muertos, 22 eran personas desarmadas. Ayer, cinco de los ocho muertos eran miembros de Hamas. Muaia Hasanein, portavoz del hospital Shifa, principal centro médico de la franja de Gaza, afirmó que «el Ejército [israelí] emplea todo tipo de armas y munición contra los palestinos y ha matado a mujeres, niños, enfermeros y conductores de ambulancia». El número de heridos supera los 150, veinte de ellos, informó la radio pública israelí, se encuentran en estado muy grave. En Beit Hanun, tomada por el Ejército israelí y donde se ha concentrado la ofensiva ocupante, los soldados interrogan casa por casa a sus habitantes. Asimismo, han volado con explosivos varias viviendas cercanas a la mezquita central. El viernes fue el día más sangriento desde que comenzó la ofensiva israelí, con la muerte de 20 palestinos, los últimos nueve en una decena de ataques aéreos israelí que tuvieron lugar en menos de una hora. Fue en uno de eso ataques anoche en los que misiles israelíes alcanzaron una ambulancia y mataron a un conductor y a un enfermero. Fuentes palestinas informaron de la muerte ayer de un miliciano de Yihad Islámica en una incursión del Ejército israelí en la ciudad cisjordana de Belén. Esta muerte sigue a la de un joven palestino ayer en la misma ciudad y a la otro de 15 años en el campo de refugiados de Balata, cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa.
«Preocupación» de la UE La presidencia finlandesa de turno de la Unión Europea mostró ayer su «profunda preocupación» por la creciente violencia en la franja de Gaza y recordó a Israel que el derecho a la defensa que tiene todo Estado «no justifica el uso de violencia desproporcionada».
En una nota, la presidencia finlandesa de la UE lamentó el elevado número de víctimas civiles que la operación militar israelí está provocando. Insistió en que el derecho que cualquier Estado tiene a defenderse no justifica el desproporcionado uso de la violencia o acciones contrarias al derecho humanitario internacional. La Unión Europea no se preguntó por el derecho palestino a defenderse de la agresión israelí. La UE también apeló a los líderes palestinos para que pongan fin a las actividades «terroristas». Nótese la diferencia.
«Muerte, destrucción y desesperación»
GAZA «Muerte, destrucción y desesperación», esta es la situación que viven los habitantes de Beit Hanun, ocupada por las tropas israelíes desde el pasado miércoles, según explicó ayer John Ging, director de operaciones en GAza de la UNRWA, la agencia para la ayuda a los refugiados palestinos. «Muerte, destrucción y desesperación son términos que puedo utilizar para describir l la situación. Hoy, las 40.000 personas que viven en Beit Hanun sufren enormemente», indicó Ging en una rueda de prensa. «La situación es desesperada. Faltan el agua y los alimentos. Todo está destruido (...) La gente vive con miedo», indicó el funcionario de la ONU tras una visita a Beit Hanun, cercada por los ocupantes israelíes y prohibida a los periodistas. Ging reconoció que poco pueden hacer para ayudar a los habitantes de la ciudad, encerrados en sus casas desde el miércoles. No obstante, Ging indicó que los israelíes aflojaron ayer el cerco durante unas horas para permitir a las agencias internacionales repartir algunos alimentos y dejar salir a la población a la calle.
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