Leonardo MAGGI-Dora FEITOSA | Movimiento de Afectados por las Represas de Brasil
«Las represas son una gran fábrica de miseria en Brasil»
Leonardo Maggi y Dora Feitosa, del Movimiento de
Afectados por las Represas en Brasil, han estado recientemente en Euskal Herria
al objeto de denunciar el proceso de construcción de presas y represas en
Brasil, «un sector determinante en la política económica» de este país. Brasil
suma en la actualidad 7.400 represas, para cuya construcción se expulsaron a
cerca de un millón de personas en el conjunto de estados.
¿En qué situación ha quedado este colectivo?
Cerca del 70% de estas personas afectadas nunca han recibido nada por el hecho de ser expulsados y desalojados de sus pueblos. Les robaron sus casas y permanecen olvidados hasta ahora. Hay muchos casos de personas abandonadas desde que hace treinta años se construyó la represa que motivó que les echaran.
¿Algún caso concreto?
Tenemos el caso de la represa del Tucurui, en la Amazonia, en cuyo entorno viven 12.000 personas que no tienen luz en sus casas. Además, para defoliar la selva y disminuir el desgaste de la maquinaria, utilizaron agente naranja, el herbicida utilizado por EEUU contra el pueblo vietnamita. En Tucurui hay un elevado porcentaje de abortos y niños con deformaciones. ¿Para qué esta presa?
¿Cuándo se organizó el Movimiento que representan?
El Movimiento de Afectados por las Represas surge en los inicios de los 80, con el declive de la dictadura militar. El pueblo comenzó a manifestarse y uno de los principales focos de resistencia en el campo, los campesinos, se opusieron a la construcción de embalses.
¿Qué otras consecuencias acarrean las represas?
En Brasil tenemos represas con un gran impacto social y ambiental. Represas que expulsan a 24.000 personas son muy comunes, hay grandes embalses que, consecuentemente, causan grandes impactos ambientales. En Amazonia hay casos de amplias áreas de bosque y selva que están bajo el agua, sumergidos, sin ningún tipo de medidas compensatorias desde el punto de vista ambiental y social. En este sentido, las presas son, en la actualidad, una gran fábrica de miseria y hambre, de personas sin trabajo, que afecta también al resto de América Latina, Africa y Asia.
El mensaje oficial es otro...
Los países del sur sufren la construcción de grandes presas y es contradictorio el discurso del capital, que juega con el mensaje de que la presa contribuye al desarrollo del pueblo, pero eso es mentira.
¿Qué buscan ustedes?
Las represas son una fábrica de miseria y, además, con ellas se privatizan bienes esenciales para la humanidad, como el agua y la energía. Brasil es el tercer productor de energía hidroeléctrica del mundo y el país con mayor reserva de agua del mundo. Cuando hablamos de agua y energía en Brasil hablamos de agua y energía en todo el mundo y, por ello, defendemos un modelo que respete a los campesinos y proponemos un debate social, a fin de establecer para qué y para quién es la energía que se produce y para cuestionar este modelo de desarrollo.
¿Qué debería aclarar ese debate?
Qué sociedad queremos y si estamos dispuestos a expulsar a millones de personas de sus casas para vivir en las periferias de las grandes ciudades, a cambio de las represas.
¿Qué papel ha jugado Lula?
Lula fue elegido por un gran acuerdo popular, pero Lula prefirió el apoyo de la burguesía. Han pasado cuatro años de respeto. En este nuevo período el gobierno prevé construir 86 represas y este proceso tiende a expulsar a 400.000 personas. Entendemos que este Gobierno ha abierto puertas al debate, pero sin resultados.¿Cómo ven Europa? Hemos venido a Europa para buscar apoyos. Hemos estado en Suiza, Portugal, en Euskal Herria y en todos los países es muy común el problema de las presas. Creemos que en Itoitz los gobiernos han desobedecido leyes para hacer embalses. Estamos con los afectados. -
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