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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-11-05
Sección 14 o la maquinaria jurídico-política del Estado francés contra la disidencia
El Estado francés, como el español, se ha dotado de un complejo judicial y policial que opera contra la disidencia vasca, así como contra la corsa o la bretona. Una de las principales expresiones es la Sección 14 ubicada en París; una gran desconocida que abarca todos los casos referidos a la organización armada ETA y que también va más alla. Una sección con muchas ramificaciones.


Desde el llenado de Itoitz se han registrado más de 500 seísmos
Los resortes represivos como la Audiencia Nacional o los cuerpos policiales y militares con las que cuenta el Estado español son ya de sobra conocidos por la permanente y continuada actividad que desarrollan desde hace decenios contra Euskal Herria y sus ciudadanos. Pero no ocurre lo mismo en el caso del Estado francés. Askatasuna ha emprendido una campaña informativa y de denuncia en la que ha convocado una manifestación el próximo sábado día 11, en la capital labortana, contra las medidas de excepción y los tribunales especiales.

Poco se conoce sobre el funcionamiento y la organización de los aparatos franceses destinados a actuar contra «el terrorismo» o, más bien, la disidencia política, lo que se tra- duce en la persecución de militantes vascos, bretones y corsos y, en los últimos tiempos, la de los grupos islamistas. Pero resulta tangible, tal y como denuncia Askatasuna, que la senda represiva abierta en 1986 ha sido una vía de limitaciones y recortes de los derechos, incluso con medidas contrarias a lo estipulado en convenciones europeas e internacionales.

La ley de pasqua de 1986

La Sección 14 del Tribunal de París es el mayor exponente de las continuadas reformas legales y jurídicas impulsadas por los diferentes gobiernos desde la era del presidente François Mitterrand hasta la de Jacques Chirac. La última de estas reformas es la conocida como Ley Sarkozy; más que una norma, representa el culmen de las restricciones de los derechos humanos recogidos en tratados europeos e internacionales. Y una jurisprudencia que genera gran controversia, también entre la ciudadanía francesa.

La ley que promulgó en 1986 el entonces ministro de Interior, Charles Pasqua, durante la primera cohabitación de Chirac, fue la primera norma contra «el terrorismo», con asunción plena de este término.A partir de esta fecha se creó la Sección 14, que cuenta con los siguientes aparatos: el Parquet judicial «antiterrorista» ­formado por un grupo de magistrados especiales (Laurence Le Vert, Marie-Antoinette Houyvet, Philippe Coire y Thierry Fragnioli se encargan de los asuntos relacionados con ETA; y Jean Louis Bruguière ­superior de los demás jueces­, Jean François Ricard y Gilbert Thiel de asuntos relacionados con grupos islamistas, corsos o bretones; la Policía Judicial, y la Chambre Correctionnelle y la Cour d´Assises, es decir, los tribunales encargados de juzgar a los ciudadanos acusados de «terrorismo», que en su mayoría son ciudadanos vascos arrestados por su militancia en la organización armada ETA.

Otorgan mas poder

No sería hasta diez años más tarde cuando el Estado francés se dotó de una normativa «chicle», elástica, que abre las puertas a la arbitrariedad por parte de los magistrados y a la aplicación más férrea y estrecha de las penas máximas.

Aunque el cambio de 1996 fue sólo añadir un artículo al Código Penal, éste posibilitó la definición del término «acción terrorista», y, en consecuencia, su tipificación, y la aplicación del criterio de «subjetividad y arbitrariedad» por parte del magistrado pertinente. Con la anterior norma genérica esto no era posible, ya que los instructores debían de ceñirse a los supuestos recogidos, para los que tenían determinadas las penas correspondientes. El delito de «pertenencia a banda armada», por ejemplo, conllevaba unos supuestos concretos que, con el cambio del citado artículo del Código, fueron ampliados para su aplicación según el libre albedrío del juez.

A partir de 1996, fue el ministro de Interior Dominique Perben quien propició la creación de las leyes Perben I (2002) y Perben II (2004); normas que incrementaron de forma considerable las competencias y el poder de los ámbitos judicial y policial. Fue también en estos años, 2004, cuando entró en vigor el acuerdo ­conocido como el de Carcassone­ al que llegaron los ministros del Interior francés y español para facilitar las extradiciones y entregas de militantes de ETA, y también pra la activación de grupos policiales conjuntos para operar en ambos paises. Se trata de grupos que, a día de hoy, continúan vigentes y cuentan con la participación de más de 200 guardias civiles, además de un número indefinido de agentes de la Policía francesa.

A estas modificaciones les sucedería la llamada Ley Sarkozy, que entró en vigor en 2005 y que, en cuanto a las restricciones de derechos se refiere, está demostrando su «efectividad»; por ejemplo, en las vistas judiciales a las que se enfrentan ciudadanos vascos. El ejercicio de la defensa se imposibilita en unos niveles desconocidos hasta hoy, tal y como han venido denunciando los abogados vascos.

Madrid, modelo carcelario

Sarkozy, además de aumentar el poder de jueces y policías ­más aún de lo que hizo Perben­, introdujo un séptimo magistrado en el Parquet parisino, ha plagado el Estado francés ­también Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa­ de cámaras de vigilancia, de medios de control y restricción en internet, ha ampliado las condenas de «terrorismo» y ha aumentado de cuatro a seis días el periodo de incomunicación en dependencias policiales.

Sarkozy tampoco escatimó en recursos para homogeneizar el organigrama represivo francés con el español. Si con la Sección 14 cuenta ya con aparatos judiciales y policiales de excepción, el polémico ministro de Interior también introdujo, en 2005, «lo último» en política penitenciaria: el seguimiento de las condenas impuestas por un tribunal especial y su centralización en la Sección 14 parisina. Si en el Estado español es la Audiencia Nacional la nueva encargada de «velar» por el cumplimiento íntegro de las penas establecidas, en el Estado francés existe ahora el JAP (Juge d´Application des Peines), ubicado en París y que, además del control de las condenas, es quien otorga la libertad condicional o la niega. Este órgano judicial ha sido quien recientemente ha vuelto a denegar la libertad condicional al militante labortano Philippe Bidart.

La arquitectura jurídica y policial francesa, que tiene en esta Sección 14 su máximo exponente, ha sido objeto de abun- dantes denuncias sobre el incumplimiento de convenciones europeas e internacionales de derechos humanos.

Askatasuna está informando también sobre las conculcaciones de derechos que realiza el Estado francés, y sobre las que exige que se deroge su aplicación. Alerta, además, de que las denuncias de malos tratos y de torturas a manos de la policía especial conocida como División Nacional Antiterrorista (DNAT) han aumentado en los últimos tiempos, y denuncia que la aplicación sistemática de la dispersión carcelaria a los vascos también quebranta las concepciones legales y las respectivas a los derechos humanos. Pero, al igual que en el Estado español, la dispersión no es cuestionada por su aplicación como medida política.

Las entregas y expulsiones a un país en el que se multiplican las denuncias de torturas aceptadas internacionalmente, el veto e incluso sanción por emplear el euskara en los juicios, la negación de traductores, la superación sistemática de la prisión preventiva sin celebrar juicio alguno, la inexistencia de la presunción de inocencia o los innumerables obstáculos para la defensa forman el mosaico de la nueva política represiva francesa. -

BAIONA



El Parquet parisino lo forman siete jueces
El Parquet «antiterrorista» de París ha conocido nuevas incorporaciones desde de su nacimiento en 1986, al igual que el resto de los aparatos que conforman la Sección 14. Tres magistrados fueron en los inicios los gestores de la estructura, a la que los cambios legislativos fueron imponiendo nuevas incorporaciones. Ahora son siete los magistrados que componen este Parquet, de los que cuatro se encargan de los sumarios contra militantes vascos. Fue Sarkozy quien incorporó en 2005 un cuarto juez para asuntos relacionados con ETA, en su mayoría.



Sarkozy oficializó las medidas de excepción
La ley que promulgó en 2005 el ministro del Interior francés, Nicolás Sarkozy, constituye, a juicio de Askatasu- na,un nuevo salto cualitativo y cuantitativo. Aumenta el número de jueces que forman el Parquet judicial, incrementa el poder y las competencias de la Policía, y crea además nuevos aparatos represivos, como el de vigilancia penitenciaria. Gracias a esta ley, el Estado francés controla las informaciones y los datos que pululan, ha aumentado las condenas por «terrorismo» y el periodo de incomunicación pasó de cuatro a seis días.



Michavilla y Perben, juntos en Carcassone
El acuerdo que suscribieron el otrora ministro de Interior español, José Maria Michavilla (PP), y su homólogo francés, Dominique Perben, en el año 2004, es, para Askatasuna, el más importante de los últimos años. En Carcassone, los dos estados acordaron la creación de aparatos policiales conjuntos ­200 guardias civiles, al menos, operan en esos grupos­, y se emprendieron, por primera vez, las entregas temporales de vascos. Además, las fuerzas de seguridad españolas y francesas pueden «trabajar» en los dos estados sin problemas.



El euskara, una lengua «terrorista»
La reivindicación del empleo del euskara en las vistas judiciales y la permanente negativa de los órganos parisinos han sido causa de decenas de trifulcas en los tribunales. Pero más allá del reconocimiento sobre el derecho del uso del euskara, París incluso ha emprendido procedimientos penales contra quienes han insistido en hablar en euskara.La lengua ha sido perseguida hasta el punto de que en una vista judicial en la que no se admitían traductores un procurador francés se refirió el euskara como a una «lengua terrorista».



La defensa, otro de los derechos conculcados
Los letrados que habitualmente defienden a los ciudadanos vascos en París han denunciado infinidad de veces la conculcación que sobre el derecho a la defensa practica el Estado francés. Así, repiten que los documentos judiciales les son negados, al igual que su participación en los procedimientos judiciales. El tiempo para poder preparar la defensa también se les reduce gracias a la «arbitrariedad» de los magistrados. En los últimos años, además, varios abogados han sido perseguidos judicialmente por el país galo.



La parcialidad de la Justicia, en cuestión
Askatasuna, además, alerta también sobre la falta de parcialidad en la Justicia. Como botón de muestra, el organismo antirrepresivo señala que todos los juicios sobre «terrorismo» o de delitos «criminales» son dirigidos siempre por los mismos jueces; es decir, por los que componen el Parquet ­en el caso de los militantes vascos son cuatro los jueces encargados­, y que se desarrollan en la Cour d´Assises. Pero, además, las vistas que se celebran en el Chambre Correctionnelle son dirigidas por los jueces que, a su vez, forman el Parquet.



Primero la Policía, luego la familia
Innumerables son los ejemplos que retratan el quehacer francés, pero como botón de muestra queda la actitud mostrada tras la muerte del militante de ETA Imanol Gómez. Ocultaron su identidad durante un día, negaron a un médico de confianza de la familia participar en la autopsia, retrasa. ron durante días la repatriación del cuerpo, y, a día de hoy, la familia todavía no ha recibido los efectos personales de Gómez ni los detalles sobre la indagatoria en curso. «La investigación judicial es prioritaria», alegan las autoridades de París.



Otra remesa de vistas durante estos meses
Los tribunales que acoge la Sección 14 de París han sido y siguen siendo los encargados de juzgar a los 149 presos políticos vascos que siguen dispersados en las cárceles francesas y a otros ciudadanos vascos. A principios de semana fueron juzgados Abel Castillo e Idoia Garmendia en el Tribunal Correccional de París, y en los próximos meses acogerá las vistas judiciales contra, al menos, otros 27 ciudadanos vascos. Entre ellos, dos abogados vascos se tendrán que sentar en el banquillo de los acusados: Unai Errea e Itziar Larraz.



«Aldaketa hauek helburu politiko batekin egin dira»
Unai ERREA | Abokatua

Unai Errea Donostiako abokatuak urteak igaro ditu Estatu frantsesean atxilotutako euskal herritarren defentsa lanak egiten. Parisko Auzitegi berezian aritu da, Le Vert epaileak auzipetu eta espetxeratu zuen arte. Abokatu lanetan jarraitzen du, eta laster itzuliko da Parisera, baina, oraingoan, auzipetu gisa aurkezteko.

­Abokatu izanik, zer deritzozu Estatu frantsesak errepresioaren ibilbidean sakontzeari?

Salbuespeneko legeak ezarri ditu. 1986ko eta 1996ko lege aldaketen ostean, 2004. urtean salto kualitatibo bat gertatu zen. Perben Legea da garrantzitsuena; nahiz eta ez izan «lege antiterrorista» bat, euskaldunei dagokienez, prozeduren kalifikazioetan larrigarritzat joko dute «erakunde armatuko» kide izatea, eta horrek prozedura luzeagoa izatea eta espetxe zigorrak gogortzea ekarriko du. Polizia infiltratuaren papera lehen aldiz legeztatu zuten. Horren segidan, Sarkozy Legea etorri zen, eta jauzi handia eman zen zigorrak eta inkomunikazioak luzatu baitzituen. Auzi guztiak, gainera, kriminalak izango dira ordutik aurrera. Argi dago helburu politiko batekin egin direla aldaketok; adibidez, espetxe zaintzarako JAP sortzea.

­Adibideak aipatzekotan...

Mila adibide daude 14. Sekzioaren jarrera azaltzeko. Atxiloketa momentutik, Polizia Judizialak mehatxuak eta irainak egin eta abokatu euskaldunak ez izendatzeko trabak ezartzen dizkie euskal herritarrei. Epailearen aurretik igarotzean, abokatuok arazoak izaten ditugu parte hartzeko, baita sumarioak ikusteko, defentsa lana egiteko, auzien kopiak eskuratzeko, idatzizko frogak eskuratzeko... Ez gaituzte aintzat hartzen, ez eta parte hartzen uzten ere.

­Murrizketak bata bestearen ondotik etorri dira, beraz?

Frantsesei nolabaiteko paranoia sartu zaie segurtasunaren inguruan. Eta ikusten da euskaldunekin, kortsikarrekin eta bretoiekin handitu egin zaiela. ERIS izeneko polizia indarra sortu zuten horren harira frantsesek, eta horrek epaitegietan eta espetxeetan segurtasun neurri ikaragarriak egotea ekarri du. Tentsioa eta egoera jasangarria ezartzen dute.

­Egoera abokatuen aurka jo arte iritsi da.

Bai. Argi ikusten da preso politikoen aurkako eraso zuzena izan dela. Presoek dituzten konfiantzazko abokatuak aldendu nahi izan dituzte, eta horretarako ez dute arazorik izan amnistiaren aldeko mugimenduaren aurka jotzeko, atxiloketak eta miaketak egiteko, edota Itziar eta ni gaitasunik gabe uztearren, presio politiko eta mediatiko itzela erabiltzeko. -

G.M.


 
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