La base del proyecto es que los corredores vascos tengan asegurado el acceso al calendario internacional y conseguir que el mayor número posible participe en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012. El próximo 17 de noviembre, Unai Elorriaga, Aitor Alonso y Leire Olaberria disputarán la Copa del Mundo de Sydney. Es el punto final y esperemos que seguido de un camino, de cuatro etapas, que comenzó hace mucho tiempo y que repasamos con Larruskain el jueves, en el descanso de unos test en el Velódromo de Anoeta.
Los primeros pasos
Néstor Lejarreta es el que «impulsó y creó las bases de la pista vasca». «Cuando era concejal», recuerda, «inauguró el Velódromo de Berriz» en 1985.
En esos primeros pasos, las metas eran la captación, aprendizaje, formación y competición de los corredores, por un lado, y la formación de un grupo de técnicos que pudieran llevar a cabo la anterior tarea.
El técnico vizcaino guarda un muy grato recuerdo de aquella «época histórica». Se puede decir que comenzaron de cero. «No teníamos ni idea de lo que era una bicicleta sin frenos», reconoce. «De no saber nada, empezamos a aprender, sobre todo, de Anoeta, con una gran tradición de técnicos».
Larruskain se emociona cuando recuerda alguna anécdota de aquella época, «post récord de la hora de Moser». «Fuimos pioneros en el uso de material, incluso guardamos una rueda metálica y utilizamos los acoples de triatleta, dice orgulloso, a finales de los 80, cuando Lemond lo dio a conocer en el Tour». «Moreno, campeón mundial y olímpico del kilómetro, por ejemplo, nos aseguró que eso nunca se utilizaría, y al de dos años fue campeón olímpico con el manillar de triatleta», añade. «Fue una época de investigación y de aprendizaje», sonríe.
La consolidacion
En los años 90, la pista se integró en la Federación Vasca, «un paso importante». «Aprendimos mucho, de la mano de gente como el presidente Jaime Ugarte o el técnico Juan Ignacio Elosegi. Sobre todo, el trabajo del equipo, al que damos mucha importancia».
A mediados de los 90 entra Mena en el grupo de trabajo, «una pieza fundamental». «Mena ha dado un impulso importante a la pista, con sangre nueva y joven».
El despegue
De la mano de Mena, en 2001 la Federación Vasca firmó un convenio de colaboración con el Centro de Perfeccionamiento Técnico (CPT) de Fadura y se inicia el “Programa de Tecnificación de Pista”, con Jon Iriberri y su equipo al frente. El trabajo ha sido extraodinario. Las medallas han llovido en las Campeonatos de España y la selección de Euskadi se impuso en las cuatro primeras ediciones de la Liga de Ciclismo en Pista. De hecho, la pista fue el primer deporte en la valoración del Gobierno de Gasteiz en 2005.
La culminacion
Quedaba un último paso, plasmar ese trabajo en el ámbito internacional, porque las oportunidades eran limitadas en la selección española.
Las puertas se abrieron en 2004. La UCI cambió la legislación y dio luz verde a la creación de equipos profesionales para que pudieran competir a nivel internacional (salvo Mundiales y Juegos Olímpicos) junto a las selecciones nacionales.
«En principio, no teníamos previsto asumir nosotros un equipo, pero al final, decidimos que lo mejor era controlar nuestro grupo. Nos lanzamos y ahí estamos».
El acuerdo con Cespa, principal esponsor, es por una temporada, pero el proyecto es a largo plazo. «La idea es ir por ciclos olímpicos. Estamos en la mitad del primero, y estos tres, Elorriaga, Alonso y Olaberria, tienen dos ciclos perfectamente, Pekín 2008 y Londres 2012».
Afianzar la estructura
La posibilidad de ampliar el equipo está abierta, pero hasta un número lógico, y así todos puedan gozar de oportunidades. El primer criterio es presupuestario y el segundo deportivo. «Son corredores de alto nivel, no podemos tener promesas», zanja. Los técnicos sí que van a «ayudar» a la cantera «para que sean el relevo o el complemento en el futuro».
En cualquier caso, el número será siempre reducido porque en cada prueba de la Copa del Mundo sólo puede participar un corredor. Por ejemplo, Elorriaga y Alonso compiten juntos en americana, y el primero disputa puntuación y el segundo scratch. «Si tienes cuatro limitas esas oportunidades a la mitad, y estaríamos como la selecciones española», explica.
En esa selección española compite Maeztu, para el que por ahora no le pueden ofrecer un equipo de persecución olímpica en el Cespa-Eustrak.
Elorriaga, Alonso y Olaberria han sido elegidos, además de por su calidad, por el trabajo de formación. Todo ha surgido del programa de tecnificación del CPT y se ha contado con ellos porque «históricamente han pertenecido al grupo de trabajo». No descarta en un futuro traer algún corredor de fuera, pero, recuerda, cuál es la filosofía del proyecto:que los corredores vascos puedan participar en los Juegos Olímpicos.
El Cespa-Eustrak es la cima de la pirámide, pero la intención en tener una base fuerte, y fortalecer y ampliar la estructura. Los dos próximos retos son formar un equipo de cantera, que combine carretera y pista, y la creación de Eustrak Fundazioa que englobaría a todos los que han hecho posible este proyecto. La actualidad del equipo se puede seguir en “www.eustrak.com”. -
DONOSTIA