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El recuento apunta a la primera victoria general sandinista en los últimos 16 años
·un observatorio independiente pronostica una diferencia suficiente para evitar a ortega la segunda vuelta
Tanto el escrutinio parcial de los votos como el recuento rápido realizado por un organismo independiente coincidían en pronosticar el triunfo, en primera vuelta además, del Frente Sandinista de Liberación Nacional. A falta de los resultados finales, lo innegable es que el sandinismo ha logrado concentrar su voto pese a la concurrencia de opciones disidentes y podría volver al poder 16 años después en plena división de la derecha.
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MANAGUA
El Consejo Supremo Electoral informó de que, escrutado el 40% de los votos, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) obtuvo el 40,01% de sufragios, casi siete puntos por encima de su principal rival, la Alianza Liberal Nicaraguense (ALN), al que otorgaba un 32,72% de votos. Más lejos, el también derechista Partido Liberal Constitucional (PLC), lograba el 19,51% de sufragios. El disidente Movimiento de Renovación Sandinista se quedaba con el 6,89% y la candidatura de Edén Pastora, más conocido como «Comandante Cero» era condenada a la inexistencia con un 0,27%. Según la ley electoral nicaragüense, para proclamarse
presidente en la primera ronda el candidato vencedor necesita obtener el 40% de
los votos válidos, o como mínimo el 35% con una ventaja de cinco puntos
porcentuales sobre el segundo aspirante más votado. En espera de que se completara el escrutinio, un recuento rápido divulgado por el organismo de observación electoral Etica y Transparencia (EyT) coincidía a grandes rasgos con las cifras oficiales, ya que otorgaba el 38,49% de los votos a la candidatura del líder sandinista Daniel Ortega, frente a un 29,52% a la candidatura liberal de Eduardo Montealegre. Etica y Transparencia, integrado por empresarios y grupos de la sociedad civil y con 10 años de experiencia, es el capítulo nicaragüense de Transparencia Internacional y desplegó un observador en cada una de las 11.274 juntas receptoras de votos en las elecciones generales del pasado domingo. «La distancia entre el primero y el segundo lugar es de 9 puntos, con un margen de error del 1,5%, por tanto, estos resultados, desde nuestra perspectiva, son definitivos con respecto a quien ganó la elección presidencial», declaró tajante el director de ese organismo, Roberto Courtney.
División de la derecha
De confirmarse estos resultados, el sandinismo, «bestia negra» para EEUU, recuperaría el poder que perdió hace 16 años, y lo haría al calor de la división en el seno de la derecha y tras haber evitado una dispersión del voto sandinista a opciones disidentes. El principal rival de Ortega y candidato de la derecha disidente, Montoalegre, insistió en asegurar que dispondría de datos que reducirían su distancia respecto al Frente en menos de cinco puntos, lo que le permitiría disputar segunda vuelta.El PLC formación que ha detendado el poder en Nicaragua en los últimos años, exigió la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras acusar al Consejo Supremo Electoral de hacer públicos datos parciales que «quieren establecer una tendencia de manera irresponsable». Su portavoz, Leonel Teller, llegó a amenazar con que «la situación puede desembocar en sangre y en violencia».
Júbilo en las calles
Miles de sandinistas salieron a las calles del país para festejar la a su juicio victoria incontestable. Caravanas de vehículos con las tradicionales banderas rojinegras y rosadas de la campaña «Unida, Nicaragua Triunfa», cohetes multicolores y música sirvieron para alegrar la fiesta.«Me siento de lo mejor, tanto tiempo que estamos esperando esto y ahorita que llevamos un 40% arriba, esperemos que así continuemos, porque ya es hora de que cambie este país» en el barrio Santa Rosa, en Managua. Similares demostraciones de júbilo ensordecieron los barrios de Cuba y Batahola Norte al grito de «¡Viva Daniel, ganamos!» y «¡Victoria, Victoria!».
Sólo la embajada de EEUU denuncia «irregularidades»
MANAGUA La embajada de EEUU denunció «anomalías» en las elecciones. «No estamos en una posición en este momento de hacer un juicio general sobre la imparcialidad y transparencia del proceso», señaló la embajada, desde la que su máximo responsable, Paul Trivelli, ha dirigido una campaña de injerencia sin precedentes en la campaña nicaragüense. Esta declaración contrasta con la abrumadora mayoría de informes de observadores extranjeros y nacionales que no reportaron anomalías, salvo eventuales retrasos en la apertura o el cierre de los colegios electorales. La propia UE saludó la normalidad de la jornada electoral. La Organización de Estados Americanos (OEA), interpelada una y otra vez por la derecha nicaragüense, volvió a insistir ayer en que el proceso electoral celebrado en Nicaragua ha sido «pacífico, ordenado, masivo y ajustado a la ley». El presidente de Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, Roberto Rivas, acusó al Gobierno de EEUU de incitar «a otros organismos de observación» electoral a deslegitimar los comicios. «Ya hay un comunicado de la delegación de los EEUU que ya está hablando de que las elecciones no fueron transparentes y están incitando a los otros organismos de observación en el mismo sentido», denunció Rivas. «Hemos garantizado al pueblo de Nicaragua que se le iba a hacer elecciones transparentes y así se ha hecho, creo que ha habido los suficientes observadores para ser testigos de esto», recordó. Escenario de una lucha global en el Nuevo
Continente
Sin obviar en ningún caso la importancia interna de una vuelta al poder de los sandinistas, es innegable que los comicios del domingo son un escenario más en la pugna entre EEUU y el nuevo bloque emergente y formado por Venezuela, Cuba y Bolivia. No extraña que el embajador Trivelli haya llegado a amenazar con congelar las remesas de los nicaragüenses que trabajan en EEUU «si se impone el modelo Chávez» en el país. -
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