Para zurrarle la badana a ZP ­y, de paso, tratar de cargarse el proceso, algunos recurren a los tiempos de Mari Castaña. Recordaba ayer en “La razón” el habitual Tomás Cuesta que «en el volumen de los “Episodios Nacionales” dedicado al abrazo de Vergara, Pérez Galdós formula, por boca de Maroto, una sentencia que adquiere más vigencia cada día que pasa:‘El miedo aplaza el desenlace, pero no resuelve nada’».

Y a partir de la memez de Maroto ­que cerró en falso una guerra para abrir otra más cruenta, o sea, que para comprar gasolina, vendió la moto­ dice Cuesta que «el lúcido ‘dictum’ del general carlista le cae al presidente como un guante. Zapatero, hoy por hoy, es un rehén del miedo, un líder insolvente que afronta el porvenir en incómodos plazos. Y el dichoso ‘proceso’ ­que es el último peine que le puede vender a este país de calvos­ es un torpe eufemismo para disimular la cobardía tras el tul ilusión de la esperanza. El señor Zapatero habla de paz-paz-paz con el rictus doliente y la solemnidad ceremoniosa de los incomprendidos o los mártires». Y se pone en plan gracioso:«cuando frunce el ceño para ilustrar la magnitud de sus responsabilidades, se le pone tal cara de acento circunflejo que la Academie Française le debe un homenaje». Y escatológico:«Bajo tanta parafernalia, sin embargo, algo huele a caquita en Dinamarca. Es como si al pobre se le aflojaran los esfínteres al intentar parecer determinado».

Todo lo anterior le sirve de base para apoyar sus sentencias:«Y eso las alimañas lo perciben, y enseñan los colmillos, y gruñen con más ansias. El señor Zapatero sabe que su futuro desde hace mucho tiempo no pasa por sus manos. ETA mueve los hilos, administra los tiempos, marca las distancias. Duerme el partido y, a la que te confías, sale vertiginosamente al contraataque. El Gobierno ya puede decir misa ­y rezar lo que sepa, por más que sea laico­ que los ‘gudaris’ que ha sentado a su mesa quieren llevarse el plato y las tajadas. Los terroristas no hacen aspavientos, ni desperdician la pólvora retórica en flatulentas salvas. ETA es la quintaesencia. Zapatero es el fárrago». No entienden que la negociación entre diferentes es posible.

Y por eso concluye que «El miedo, como mucho, aplaza el desenlance. Sin embargo, no resuelve nada. Ahí es donde está la clave». Pues si el ejemplo a seguir es el Abrazo de Bergara, aviadas estamos. - msoroa@gara.net