Maite Soroa
Se creen las trolas del señorito
¿Recuerdan a Bartolín, el concejal pepero que se secuestró a sí mismo y apareció en Irun con una melopea respetable y una historia increíble? Bueno, pues tuvo el fantasioso edil un émulo en el periodismo hispano que protagonizó otro secuestro, esta vez a manos de Johny Walker y una rubia. Y todavía se permite mofarse del resto del mundo. Cosas del deterioro.Escribía ayer en “El Mundo” José Luis Martín Prieto en relación a la huelga de hambre de Iñaki de Juana que el preso vasco «no tiene los arrestos de algún grapo que sí se dejó morir por no comer. El brillante etarra anuncia una huelga de hambre hasta el final..., hasta el final de un bacalao al pil-pil o un buen marmitako, porque el truhán sólo se pone a dieta de pan Bimbo (¿con corteza o sin ella?), leche, miel y jamoncitos de york: la dieta del proceso de paz». Leen su propio panfleto y, claro, terminan por creerse las ridículas trolas que idea el señorito. Tocado de aleta por años de inmersión en agua de fuego, dice Martín Prieto que a De Juana«le han condenado a 12 años por amenazas en artículos de GARA, el heraldo de la muerte. ETA te ponía en la picota primero en Eguin y luego en GARA, para infamarte antes de tu asesinato. Primero la muerte civil; luego la física». Leer en exceso “El Mundo” con un vaso en la mano lleva a la gente a escribir memeces como la anterior. Pobrecito. Y como se ha creído la trola que inventó su jefe, va Martín Prieto y asegura que «De Juana, con su gesto hipócrita y falsario, quiere convencer al vulgo de que es un preso político. En España no hay presos de convicción sino matadores y maleantes. Para excarcelarlos o darles un trato judicial privilegiado, el presidente nos tendrá que explicar que no habiendo libertades en el país, estos trabucaires se echaron al monte para reclamar la suya. Así pasaríamos de respaldar a las víctimas del terrorismo a indemnizar a los pobres asesinos por los años cumplidos en prisión. Una pensión para los gudaris; todo se andará». A ver, a ver... Y, al final, la sentencia:«El rufián no ayunará tanto
porque espera una libertad al alcance de su mano y dará por ganada alguna fama
internacional. Hasta Amnistía Internacional se condolerá por un preso en huelga
de hambre como si esto fuera Pakistán. Estamos viviendo el mundo al revés donde
se escucha a los sicarios antes que a los sacrificados». El sí que está al
revés. - msoroa@gara.net
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