Raimundo Fitero
Polonio
Un metal radioactivo, el Polonio 210, ocupa las portadas y los noticiarios. Los es-pías, sus métodos, el terrorismo de Estado, todo aquello que anidó en la llamada guerra fría, aparece en esta guerra templada en la que nos vamos introduciendo teleberri a teleberri. Periodistas, reporteros, candidatos o ministros son envenenados, asesinados por metodologías absolutamente novelescas. El agente 007 es un señorito que bebe vermús y se roza con las contrarias para alimentar el imaginario húmedo del personal. Pero la realidad de los servicios secretos, de los cuerpos de élite de los estados, sus ejércitos, policías y asuntos exteriores siguen siendo una caterva donde habitan los especialistas más sanguinarios y los productos más sofisticados para producir el terror.Como Rusia tiene arsenal nuclear, petróleo y gas natural, al zar de las torturas, el que fuera la mano negra más eficaz en sus métodos de control de la población, ese señor tétrico llamado Putin, tiene licencia para matar. Es el penúltimo gobernante de proyección universal que mueve en la sombra a ejércitos de dobles y triples agentes. El petróleo, las mafias, el control político, una transición hacia el atraso, hacia la necesidad de recomponer la memoria histórica con urgencia. Casi cada semana aprendemos algo de un nuevo sistema para matar, de una acción de terror lento, de terror inmediato, de violencia diferida. Ahora debemos convivir con el Polonio 210, un nombre shakespeariano, que parece también una marca de colonia para varones metrosexuales, pero que está, al parecer, en varios aviones de la compañía británica de bandera. Hasta ahora son cinco los aviones en cuarentena y diecinueve personas las afectadas y en estado de observación. ¿Verdad, mentira, otra exageración orquestada desde los despachos subterráneos de los grandes hermanos de la histeria británica? Parece que están inte- resados en convertir los viajes en avión en unas auténticas aventuras tragicómicas. ¿Qué nos prohibirán ahora transportar en los equipajes de mano? ¿Los espías llevaban el Polonio 210 en la mano, en una bolsa de dutty free? No nos mareen más, que ha hablado la Pantoja con la Campoy. -
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