BILBO

La representante del ministerio público decidió modificar un párrafo de sus conclusiones provisionales y mantuvo que de las pruebas practicadas en la vista oral ha quedado probado que «fue el taxista quien inició la agresión, pinchando, con un cuchillo que él llevaba, al joven, tras una discusión por el dinero de la carrera».

Sin embargo, la fiscal no cambió su solicitud de pena para el procesado y mantuvo los 12 años de cárcel que pedía por un delito de «homicidio», al considerar que el joven logró apoderarse del cuchillo del taxista y que en vez de abandonar el vehículo le apuñaló «con intención de causarle la muerte».

También aseguró que el acusado no puede alegar la legítima defensa, ni otro atenuante, como la enajenación mental, porque según los médicos siquiatras que le atendieron y los ertzainas que le detuvieron, el joven «era plenamente consciente de sus actos» y ha mantenido una actitud «desafiante, burlona y fría».

«Sabemos que Reiny montó en el taxi y que mató al taxista, pero ¿por qué?», se preguntó la fiscal, quien durante su exposición final sostuvo que existió una discusión por el dinero y «algo más», como «miradas, comentarios racistas, descalificativos, insultos», en definitiva, «una gran violencia verbal, que hizo que Eduardo estallara».

Respecto a la pertenencia del arma homicida, opinó que, dado el tamaño del cuchillo, de unos 17,2 centímetros de hoja, «no es lógico» que lo llevara el acusado, porque se ha demostrado que no entra en los bolsillos de su ropa y no llevaba cinturón.

«Creo que era del taxista», insistió la fiscal, quien aseguró que en el marco de la discusión, éste se giró hacia el joven, sentado en la parte trasera, y le causó las heridas en la cara que han quedado acreditado que éste sufrió.

Después se produjo un forcejeo y el joven se hizo con el arma y le apuñaló, defendió la fiscalía, que basó su versión en la gran cantidad de sangre que se localizó esparcida en la parte trasera del vehículo. El joven abandonó el coche y el taxista pudo quitarse del cuello el cuchillo, que ya estaba roto, y avisar antes de morir a sus compañeros por radio, según la fiscal.

Muy distintos fueron los hechos para la acusación particular, quien ayer mantuvo que fue el joven quien agredió por la espalda y de manera sorpresiva al taxista, y reiteró su petición de 17 años de cárcel por «un delito de asesinato».

El letrado José Ricardo Palacio insistió en que durante el juicio «no se ha aportado ninguna prueba de que el taxista tuviese ningún cuchillo».

Palacio hizo un llamamiento al sentido común y afirmó que «la experiencia dice que hay clientes que atacan a los taxistas, pero en 42 años de ejercicio profesional jamás he visto un caso de un taxista que amenaza o acuchilla a un cliente». Calificó de «absolutamente impensable» que un hombre de 1,90 y 130 kilos se deje arrebatar el cuchillo por una persona de 60 kilos, y aseguró que si el arma la hubiera tenido el taxista «lo cose a puñaladas».

La defensa del procesado opinó que sí ha quedado probado que Reiny actuó en defensa propia y que no tenía intención de matar al taxista, y mantuvo su petición de libre absolución o en su defecto un pena de cinco años de cárcel al estimar que se pueden aplicar varios atenuantes.

Pidió perdón a los familiares

El presidente de Radio Taxi Bilbao, Angel Hierro, afirmó ayer que la «película» de los hechos realizada por la fiscalía no se corresponde con la actitud «pacífica» del fallecido.

Tras mostrar su respaldo a la postura mantenida por la acusación particular, calificó de «irrisorios e insultantes» para el gremio y la familia los argumentos de la defensa.