Los empresarios han iniciado una ofensiva para evitar que las abultadas bajas laborales por accidentes o enfermedades profesionales muestren una negativa realidad en materia de prevención de riesgos. Hay que tener en cuenta que en Hego Euskal Herria se producen alrededor de 65.000 accidentes anuales con baja y otros 40.000, sin baja. Ya se sabe que una empresa insegura y poco saludable no es ni competitiva ni productiva. Entre los países más avanzados, incluso, están mal vistas. Los responsables de algunas compañías, que cada vez son más, entienden que la incidencia de la incapacidad temporal por enfermedad común o accidente y enfermedad profesional está siendo excesiva y tratan de erradicarla de una manera irregular.

Ni Osakidetza ni la Seguridad Social constatan esa situación que describen los empresarios. Es tan sencillo como que no existen estudios rigurosos de control, sino que se basan en percepciones erráticas de los empresarios y que sólo buscan el recorte de los derechos de los trabajadores para que vayan a trabajar, aunque no estén en condiciones óptimas de salud. A ellos poco les importa, lo que quieren es que la producción no se vea afectada porque falte uno, dos, tres... o diez empleados en un área específica.

LAB ha desvelado que en dos empresas tan emblemáticas como la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), que pertenece al grupo Arcelor Mittal, que cuenta con 4.100 empleados en diez centros en Hego Euskal Herria, y Sidenor, propiedad del grupo brasileño Gerdau y con una plantilla superior al millar de trabajadores, están intensificando esas prácticas de no reconocimiento de las bajas por accidentes.

José Luis Pascuas y Gorka Sierra, delegados de prevención por LAB en ACB y Sidenor, respectivamente, explican, junto al secretario nacional de Salud Laboral de LAB, Ibon Zubiela, que esa situación de no reconocimiento de las bajas laborales se está intensificando.

Disimular las bajas

El responsable sindical en Sidenor afirma que «de un tiempo a esta parte se está produciendo un tratamiento nuevo de los accidentes con baja. Se intenta eliminar las de una duración de diez y quince días, según la dirección, por una adaptación al trabajo. En Sidenor se está produciendo la circunstancia de que trabajadores con lesiones importantes son obligados a acudir a su puesto sin estar en condiciones adecuadas».

Pascuas, por su parte, reconoce que en ACBcuentan con unos índices de accidentabilidad, peligrosidad y frecuencia que se imponen en el conjunto de la multinacional. «Para llegar a los mismos, se hace trampa, porque la empresa resuelve los esguinces y otro tipo de lesiones ofreciendo un trabajo adaptado. Se camufla la situación de baja. Es así de duro».

El secretario nacional de LAB en materia de Salud Laboral, Ibon Zubiela, explica que «la interpretación que realizan estas empresas del trabajo adaptado es una actuación abusiva de la normativa de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Lo que hacen no es que los trabajadores que no pueden realizar un determinado trabajo por sus dolencias se les coloque en condiciones adecuadas en otro lugar, sino que esconden los accidentes para que no figuren en los datos oficiales». Zubiela explica que esa situación se produce porque las multinacionales «se rigen por unos índices comparativos entre plantas que se examinan en las reuniones maravillosas. En vez de reducir realmente los accidentes, porque se mejora la prevención de riesgos laborales, los camuflan. Lo que hacen es que un oficial de primera tornero se ponga a pegar sellos, aunque tenga un esguince o una lumbalgia. Todo es posible, mientras no se acumulen los accidentes».

La llegada de Gerdau a Sidenor ha incidido en esa realidad. Sierra explica que «nos dijeron que los índices de accidentabilidad tenían que bajar más, pero lo han logrado bajo ese método del trabajo adaptado» y denuncia «el tratamiento que está aplicando el servicio médico de la empresa». En Sidenor se han producido desde hace cuatro meses una veintena de casos. El delegado de prevención de Sidenor expone el ejemplo de un trabajador que quedó atrapado por la pierna en las instalaciones de acabado, «un accidente que no ha sido analizado por nadie, ni se han tomado las acciones preventivas procedentes». En este caso, el médico de la empresa le mandó tres días a casa, previo acuerdo con el responsable del departamento, «obviamente sin mandarle a la mutua». Pasado ese tiempo, «se le dijo que se debía a una microrotura», aunque el responsable sindical de LAB se pregunta «cómo lo supo, si sólo le tocó la pierna con la mano». Al cuarto día, el trabajador ya estaba en su puesto en la máquina. «Estuvo más de diez días cojeando y sufriendo dolores», denunció el sindicalista.

José Luis Pascuas reconoce que en ACBpasa más de lo mismo. «Bajan los índices, pero se esconde a los afectados debajo de la alfombra. Eso no quiere decir que la seguridad y la salud en el trabajo mejore de forma evidente en la fábrica» y recuerda que «ACB nos dice que la seguridad es lo primero, pero en estos momentos hay dos trabajadores con problemas cardiovasculares trabajando en la instalaciones de colada a temperaturas muy elevadas, lo que acrecienta el problema para su salud. La dirección de recursos humanos nos ha dicho que no les van a cambiar de trabajo. Está claro que utilizan el trabajo adaptado para esconder las bajas, no para reubicar a los trabajadores especialmente sensibles en puestos más adecuados a sus condiciones físicas y síquicas».

Informe de Osalan

Ibon Zubiela indica que a instancias de LAB Osalan realizó un informe en el que se especifica que es ilegal que el médico de empresa decida si es o no una baja. «El informe obliga a que sea la mutua o el servicio de prevención, pero no el médico de empresa. Se está conculcando el derecho de los trabajadores a la baja. El trabajo adaptado no tiene nada que ver con lo que se está haciendo. Es fraude, ni más ni menos. De hecho, los que conocen la prevención explican que por cada tantos accidentes leves se produce otro porcentaje de graves y otro, de mortales, pero esa situación, por ejemplo, no se produce en Arcelor, lo que demuestra el fraude que existe».

Según Zubiela, «está ocurriendo que las grandes empresas están subcontratando las tareas más peligrosas, con lo que los accidentes de éstas últimas no figuran en la empresa matriz, y, por otro lado, hay muchísimos accidentes que no se declaran. Los empresarios están haciendo un flaco favor a la prevención de riesgos laborales con estos métodos». Esta situación no es nueva, en Arcelor de Olabarria ya se denunció el año pasado esta situación y la empresa Fuchosa, del sector auxiliar de automoción, a comienzos de verano recomendó a los empresarios, a través de sus responsables de prevención, «evitar reconocer las bajas por accidentes de trabajo. Sin parte, no hay accidente», explicó entonces Mónica Puente, jefa de sistema de Fuchosa.

En Madrid, el Ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales trabaja con los empresarios y con los sindicatos CCOO y UGT para lograr un acuerdo en base al sistema del «bonus malus», es decir que se trata de primar a las empresas que menos accidentes de trabajo tienen, mediante exenciones y reducciones de las cotizaciones. Existen discrepancias todavía, pero el responsable de Salud Laboral de LAB recuerda que «si se aprueba, lo que están haciendo ahora las empresas para reducir el impacto del accidente a nivel social, luego les tocará el bolsillo y se convertirá en fraude generalizad». En este caso, LABdeja constancia de que las secciones sindicales de UGT y CCOO «no ayudan a frenar esa situación, todo lo contrario. CCOO en sus publicaciones pide a sus afiliados que no se colabore ocultando accidentes de trabajo, pero en ACB y en Sidenor no actúan así». Por ese motivo, LABasegura, a través de Gorka Sierra y José Luis Pascuas, que seguirá denunciando esos abusos. -