WASHINGTON
El dominio del Partido Demócrata de ambas Cámaras del Congreso de EEUU amenaza con hundir definitivamente la Ronda de Doha de la OMC porque podrá retirarle a la Casa Blanca la capacidad de negociar pactos comerciales. Menos convencidos de avanzar en la liberalización del comercio, en los comicios algunos candidatos demócratas marcaron la diferencia con sus oponentes por su oposición a acuerdos comerciales que, a su juicio, facilitan la «exportación» de empleos de EEUU a China y otros países.
«La agenda comercial va a detenerse. Vamos a tener dos años de punto muerto», afirman algunos analistas. Con la victoria clara de los demócratas en las elecciones ha caído en sus manos el poder para renovar o no la Autoridad para la Promoción Comercial (TPA, en inglés), que expira el próximo 1 de julio. Sin ella, en la práctica, el Gobierno de EEUU no puede negociar pactos comerciales como el de la OMC sin el respaldo del Congreso y el Senado.
Pascal Lamy, el secretario general del organismo que regula el comercio mundial, ya advirtió antes de las elecciones de que la no extensión del TPA daría un golpe fatal al proceso en la OMC.
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean, dijo el mismo día de la consulta electoral que lo más probable es que no se prorrogue la ley comercial, haciendo así a los republicanos lo mismo que ellos le hicieron a Clinton, quien no pudo firmar ningún acuerdo comercial debido a que el Congreso, de mayoría republicana, le dejó sin la TPA durante sus dos mandatos.
Autorización limitada
La propia Representante de Comercio Exterior de EEUU, Susan Schwab, alertó en julio pasado de la necesidad de avanzar rápidamente en las negociaciones de la OMC ante la incertidumbre sobre el poder futuro de Washington para negociar. «Quizá haya una extensión de la TPA, pero yo no apostaría por ello», dijo.
Schwab puso el final de este año como fecha límite para lograr un acuerdo que pudiera ser tramitado en el Congreso antes del 1 de julio del 2007. Pero esta amenaza no consiguió tampoco desbloquear las negociaciones.Aun así, la funcionaria dice que el país está determinado a avanzar en las negociaciones de la OMC a pesar de la victoria demócrata, aunque para revivir las conversaciones estimó necesarias mejoras «sustanciales» en las ofertas de recorte de aranceles de la Unión Europea, Japón y otros países.
También reclamó bajadas «más profundas» de los subsidios al campo que salen de Bruselas y Washington.
Lamy, por su parte, urgió a los miembros de la OMC a acercar posturas para lograr un progreso «suficiente» a principios de 2007 que convenza al Congreso de EEUU de renovar la TPA.
Sin embargo, también sería posible que el Congreso aprobase una suerte de «TPA limitada» que permitiera al Legislativo ratificar un acuerdo de la OMC sin introducirle enmiendas.
En su primer discurso sobre el futuro comercial de Estados Unidos tras los comicios del 7 de noviembre, Schwab defendió la necesidad de un enfoque «bipartidista» en política comercial, tendiendo así la mano los demócratas para culminar tanto los acuerdos en la OMC como los tratados comerciales bilaterales en Latinoamérica.
