Hambriento como estoy de entendimiento, y no lo entiendo. Pudimos leer el domingo en un periódico del Estado español que el PSE y el PNV han decidido «congelar» las reuniones con Batasuna «hasta que cese la violencia». Será que quieren destruir un eventual parásito anisakis que presuntamente anide en esta pescadilla que se muerde la cola. Porque si no, no lo entiendo.

Y lo entiendo aún menos cuando, pegado a la radio, oigo al presidente del PNV que el trabajo de cocina iba bien, pero que son ingredientes exteriores los que dificultan que se le saque caldo al pescado. «En los últimos meses, la vía política en el proceso de paz iba bien», explica Imaz. Las conversaciones «estaban avanzando y empezando a dar sus frutos», hasta que, «en mitad de ese pro- ceso, ha vuelto a surgir la amenaza de la violencia».

Y aquí, mayormente, es donde no entiendo nada: «parece que a ETA no le gustan el contenido de las conversaciones que se estaban manteniendo y trata de condicionarlas». ¡Y ante ello, PSE y PNV deciden congelarlas! Que alguien me lo explique, porque si socialistas y jeltzales creen que a ETA no le gusta el menú de las conversaciones, ¿en qué beneficia a éstas que se crionicen? ¿O en qué perjudica a ETA?

Pero, mente malpensante la mía, la entrevista prosigue y el presidente del PNV precisa que se ha reunido con Batasuna en estos últimos días y que seguirá haciéndolo, «personalmente y como partido», porque «no va a renunciar al diálogo, bajo ninguna circunstancia, por difíciles y duras que sean».

Pero, entonces, quien ha decidido cerrar temporalmente la cocina es el PSEŠ Y,francamente, sigo sin entenderlo, porque si los socialistas están de acuerdo en separar las dos vías, mayor interés deberían tener en que la política avanzase. Porque congelando las conversaciones de partidos no se consigue otra cosa que sincronizar esta vía con la otra, la militar, de intendencia o como quiera llamársela. Que por cierto se mueve menos que el cristo de Urgull, impertérrito desde que lo bendijera Franco.

No entiendo nada. Dejaré de enredarme, apagaré la radio y seguiré el consejo de un colega que va a enterarse de lo del cambio de sexo, por eso de adherirse a Ahotsak. Que visto lo visto, es lo único que parece tener un poco de sentido en esta sopa con la que algunos pretenden alimentar nuestra esperanza, hambrientos, perdón hambrientas como estamos desde hace años... -