Cono sur
¿Dejaran los servicios secretos norteamericanos que las repúblicas latinoamericanas que van eligiendo democráticamente a sus dirigentes puedan desarrollarse según el ideario del ganador? Parece claro que a los vendedores de armas y petroleras les interesa mucho más en estos momentos controlar las materias primas energéticas, pero en cuanto tengan un respiro, se empezarán a fijar en el patio trasero y volverán a desestabilizar la zona todo cuanto puedan. Ver un noticiario ayer lunes era asistir a un cambio de ciclo. Fidel Castro debe estar bastante jodido, tanto como para no aparecer en los actos conmemorativos de su ochenta cumpleaños. En la tele, y en las crónicas de este periódico, contemplamos como hay una nutrida presencia de personalidades del mundo de la cultura, el pensamiento o el arte, que han estado allí arropando tanto a Fidel, como a la simbología de su mandato, y al recuerdo de esa revolución con la que tanto amamos. Se intuyen tiempos de transición que deben ser pacíficos, si no interviene el capital norteamericano y sus secuaces. Hugo Chávez ha ganado claramente las elecciones. Nos enseñaron el sistema de voto electrónico y nos pareció mucho más troglodita que el del siglo XX. Porque había que ir, venir, acreditarse, dejar huellas, limpiarlas. En fin, parecía un lío. Al menos la oposición ha reconocido el triunfo de Hugo Chávez en las urnas y se pone a esperar. Se supone que sin conexiones extrañas entre algunos cuarteles y algunos centros de inteligencia. Nicaragua, Bolivia, Ecuador, parece que lo que en los noventa fue neoliberalismo atroz, hoy se vuelve impulso más socializante, con muchas graduaciones y matices, pero un giro hacia la izquierda parece evidente que se está produciendo en todo el cono sur, con Brasil y Chile más moderados y a la espera de la deriva de Argentina. América nos vuelve a pedir atención. Mientras tanto en un hospital de Santiago de Chile está agonizando un dictador que recibe los auxilios médicos que negó a cientos de miles de asesinados y desaparecidos. Cuando este criminal accedió al poder asesinó a un presidente constitucional de izquierdas: Salvador Allende. -
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