La UE busca más influencia en el Mar Negro
BRUSELAS
La Comisión Europea quiere aprovechar la Política de Vecindad para impulsar una cooperación reforzada entre la UE y la región del Mar Negro, con el fin de «crear un clima adecuado para la resolución de conflictos», dijo ayer la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner. La comisaria presentó un informe que plantea un conjunto de propuestas para impulsar esa política entre 2007 y 2013, que incluyen facilidades de crédito y mayores incentivos para los estados que adopten reformas destinadas a promover «estabilidad y democracia», muy en la línea del FMI y el Banco Mundial. Una de esas propuestas es impulsar la cooperación regional con los países ribereños del Mar Negro, dado que a partir de enero de 2007, con la adhesión de Bulgaria y Rumanía, esa zona pasará a ser frontera de la UE. El objetivo declarado es «crear un clima adecuado para la resolución de conflictos», idea que según la comisaria ha despertado el interés de las autoridades rusas. Enmarcada en esa filosofía, aunque probablemente con mayor recelo por parte de Moscú, la Comisión Europea y Kazajistán firmaron ayer un protocolo de acuerdo cuyo objetivo es estrechar relaciones en materia de energía en lo que se interpreta como un intento de la UE de reducir su dependencia energética respecto a Rusia.
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