El Coco y otros monstruos están al acecho en Gasteiz
·La Casa del Cordón acoge una muestra hasta el próximo día 10 de enero
El Coco y otros monstruos y ogros que atemorizaron durante siglos a los más pequeños, como el hombre del saco, el hombre lobo, el destripador o Sacamantecas, han sido desempolvados y están al acecho en la Casa del Cordón de Gasteiz, en una exposición que pretende revivir ese mundo mítico infantil.
GASTEIZ
Una de las salas se dedica a los asustaniños reales como el Hombre-Lobo de Allariz, un gallego autor de nueve asesinatos y el hombre del saco, un brujo que secuestró y asesinó en 1910 a un niño de 7 años, al que extrajo su sangre y grasas para curar la tisis de varios clientes. También en esta sala se narra la historia de la “Vampira de Barcelona”, dama de noche y pordiosera de día, acusada y condenada por el secuestro y asesinato de varios niños, de los cuales elaboraba pócimas, y que murió linchada en la cárcel. Asimismo, hay un espacio para las figuras irreales, como el Coco, el hombre del saco, Sacamantecas, el Totón (un siniestro personaje de Aragón que ronda de noche los cementerios), o el Papón (un zampaniños que en Asturias adopta la figura de un ogro enorme con ojos de fuego). Se ha habilitado un espacio con un libro de gran tamaño donde figuran todos los asustaniños que se han recopilado en el Estado español. La exposición de estos personajes se complementa con la proyección de una serie de películas sobre estos asustaniños en el Aula de la Fundación Caja Vital, entre ellas “El Sacamantecas”, “El vampiro de Dusseldorf”, “El Bosque del lobo” o “Cuerda de presos”, y conferencias y narraciones orales sobre estos personajes. Además, durante los fines de semana y días festivos habrá una representación teatral a cargo de once actores, bajo la dirección de Txaro Martínez, que muestra el ajusticiamiento del sacamantecas gasteiztarra Juan Díaz de Garayo, que fue condenado a pena de muerte con garrote vil en 1881 por matar y destripar a seis mujeres. Ambientado con música y luces tenebrosas, el espectáculo teatral no es apto para menores de 13 años y la entrada es libre, aunque con un aforo máximo de 90 personas para cada una de las dos sesiones. Según explicó el comisario de la muestra, José Antonio Morlesín, con esta iniciativa ha buscado, además de que se olvide esta cultura popular, incitar al espectador adulto para que reviva de nuevo ese mundo que bullía en las mentes infantiles y transmita a los niños las angustias y sobresaltos de su infancia. La exposición ha sido organizada por la empresa Homo Fabulans Kolektiboa.
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