GAZA
«Es un toque de queda voluntario, pero hay mucha indignación», dijo un padre de familia del céntrico distrito de Rimal, donde se produjo la matanza, al destacar cuántos niños son enviados a la escuela por sus padres de la misma manera. En el ataque también murió un guardaespaldas del coronel Balousha, miembro del aparato de seguridad de Al Fatah.El ataque ha sido condenado por el presidente palestino, Mahmud Abbas Abu Mazen, quien calificó de «cobardes» a los que lo planificaron y ejecutaron y auguró «duros castigos» para los responsables. El movimiento de la resistencia islámica Hamas y las principales organizaciones palestinas también han condenado el atentado.
Decenas de miles de vecinos de Gaza acudieron al cementerio de Hasuada, donde fueron incinerados los cuerpos de los tres niños el mayor tenía 10 años y la menor, Isla, 4 en medio del incendio de neumáticos a modo de protesta. Los manifestantes llamaban al presidente y al primer ministro Ismail Haniyeh a «poner fin a la anarquía en las calles de Gaza».
El ataque alimentó los temores a una siempre aplazada, por ahora, guerra civil. Algunas interpretaciones hicieron hincapié, ya desde el primer momento, en la supuesta relación del atentado con los choques entre Al Fatah y Hamas desde que la formación islamista arrasara en las elecciones legislativas palestinas de hace casi un año.
Algunos analistas achacaron lo sucedido a militantes de Hamas, a muchos de cuyos miembros interrogó y encarceló Balousha en 1996 por orden del entonces presidente y líder de Al Fatah, Yaser Arafat. Alimentaba dicha hipótesis la existencia de un ataque previo, sin consecuencias, contra el ministro de Interior, Siad Siam (de Hamas), junto a su residencia en Gaza. Por ello, durante la jornada se temían actos de venganza que finalmente no se produjeron, quizá por no haber sido reivindicado el atentado.
«El objetivo de la emboscada es arrastrar a los palestinos a una guerra interna», dijo Jalil Abu Hilal, portavoz del Ministerio de Interior.
La agencia islámica Palestinian Information Center recogió las declaraciones del parlamentario de Hamas Ismail Al-Ashkar, quien calificó de «traidores» a los autores de la matanza. «Son miembros de la quinta columna», afirmó, añadiendo que «esto no sirve para ningún objetivo político de ninguna organización palestina, sólo beneficia a la ocupación». Por ello, urgió al ministro de Interior a acelerar la investigación y dar con los responsables.
Khaled Al-Batesh, uno de los líderes de la Jihad Islámica en la franja de Gaza, aseguró que el atentado fue obra de «agentes que anteponen sus intereses personales a los intereses generales del pueblo palestino». En su opinión, los autores no son miembros de la resistencia, «sino elementos al servicio de la ocupación que quieren que la resistencia palestina derive en una lucha interna».