Rubalcaba vuelve a vincular la política carcelaria con el «arranque» del proceso
El ministro español de Interior volvió a dejar claro ayer que la política penitenciaria no es una cuestión de legislación o de derechos, sino que se trata de un as en la manga con el que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero va a jugar según le convenga. «El Gobierno puede hacer gestos y en su momento los hará, pero tiene que vislumbrarse una voluntad inequívoca por parte de ETA de abandonar la violencia», afirmó Alfredo Pérez Rubalcaba.
MADRID
Al igual que lo hiciera ya hace meses, el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, volvió ayer a asociar la repatriación de los prisioneros políticos vascos al «arranque» del proceso en Euskal Herria, ya que, a su juicio, «no se ha demostrado la voluntad inequívoca por parte de ETA de abandonar la violencia». El ministro de Interior se pronunció así en una entrevista concedida a una cadena de televisión española al ser preguntado por el motivo por el que el Ejecutivo del PSOE no haya acercado aún a presos vascos. «El Gobierno puede hacer gestos y en su momento los hará, pero tiene que vislumbrarse una voluntad inequívoca por parte de ETA de abandonar la violencia; eso es lo que dice nuestra resolución parlamentaria. Y hasta estos momentos creemos que esa voluntad no se ha demostrado», señaló. Acto seguido, el ministro matizó que el citado proceso aún «no arranca» porque, a su entender, «ha reaparecido la violencia callejera en Euskadi, y con violencia es muy difícil dialogar, por no decir imposible». Señaló que en un sistema democrático «la violencia está desterrada» y que la gente «lucha por sus ideas con la palabra». Rubalcaba precisó que cuando el Gobierno español crea «oportuno» realizar algún «movimiento» de presos o «cambiar la política penitenciaria», lo «primero» que hará será «ir al Parlamento a explicárselo a los grupos parlamentarios».
Mientras que en las últimas semanas ha habido voces internas del PSOE e incluso de UGT que han pedido al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero «pasos» en la política penitenciaria y cambios en la Ley de Partidos para impulsar un proceso de resolución del conflicto, el ministro de Interior español se escudó en que «no se ha demostrado la voluntad de abandonar la violencia por parte de ETA» para justificar el inmovilismo de su Gobierno en los dos aspectos citados. No obstante, Alfredo Pérez Rubalcaba afirmó que «estamos en buenas condiciones para vislumbrar el fin de la violencia, pero en concreto al proceso le está costando mucho despegar».
Gallizo: «Nadie está en prisión por ideas»
BILBO Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, afirmó ayer que «nadie está en prisión por tener ideas o religiónes radicales», sino por cometer delitos que «dañan a las personas que los sufren y a quienes los cometen». Gallizo, del mismo modo, manifestó que la función de rein- serción de la políti- ca penitenciaria ha «desterrado la venganza» porque «no remedia nada». Estas declaraciones tuvieron lugar en la entrega del mérito social penitenciario al sacerdote Ambrosio Etxebarria, en reconocimiento por su «eficaz» trabajo en apoyo y ayuda de reclusos excarcelados por enfermedad terminal. Tras el homenaje, Gallizo destacó el trabajo desarrollado por este sacerdote en la transformación de la función penitenciaria y su «aportación activa» en la excarcelación de reclusos con enfermedades terminales, la atención a presos con VIH y la participación del voluntariado en la intervención social penitenciaria. Seis vascos enfermos Cabe recordar que desde el pasado 21 de octubre la iniciativa rotativa puesta en marcha por Askatasuna reclama la liberación de cinco presos y una presa con graves enfermedades. Juan José Rego Vidal, Bautista Barandalla, Marilo Gorostiaga, José Ramón Foruria, Josu Uribetxabarria y Jon Agirre son los seis presos políticos vascos que aun estando gravemente enfermos continúan en prisión. En cuanto a las declaraciones realizadas por Mercedes Gallizo en referencia a que se ha «desterrado la venganza de la política penitenciaria», el organismo antirepresivo Askatasuna ha criticado en nume- rosas ocasiones el «chantaje» que sufre el colectivo de represaliados. Uno de los últimos casos es el de Iñaki de Juana, condenado a casi trece años de prisión «por ser quien es».
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