Un 70% de los trabajadores de Reckitt acepta la propuesta de la empresa
Los trabajadores de la planta de Reckitt Benckiser de Gueñes aceptaron ayer la propuesta presentada por la compañía en el proceso de negociación iniciado tras el anuncio de cierre de la factoría, que incluye indemnizaciones de 62 días por año trabajado, prejubilaciones a los 50 años y la recolocación de la totalidad de la plantilla.
BILBO
Un 70% de los trabajadores de Reckitt votaron ayer en asamblea a favor de la propuesta de la empresa, que ofrece indemnizaciones de 62 días por año trabajado, con un tope de 60 mensualidades y un mínimo de 36.000 euros, prejubilaciones para los trabajadores con más de 50 años cumplidos antes del 1 de enero de 2007 y un compromiso de recolocación para el 100% de la plantilla, con excepción de aquellos que opten por la prejubilación. La única ligera modificación incluida hace referencia a las indemnizaciones, cuyo máximo de mensualidades se elevó de 42 a 60.Los trabajadores que se recoloquen en los proyectos industriales que se ubiquen en las actuales instalaciones de la compañía mantendrán la relación laboral con Reckitt en suspenso hasta su contratación con las nuevas firmas, y percibirán una indemnización y un complemento salarial que garantice la percepción del 100% de su salario neto actual durante el periodo que dure la suspensión, hasta un máximo de 18 meses. Aquellos que se empleen en empresas del entorno recibirán la indemnización por rescisión correspondiente. En el caso de las prejubilaciones, se ofrece el 80% del salario neto hasta los 61 años para los empleados que tengan entre 50 y 54 años de edad, mientras que para quienes tengan 55 años o más, el porcentaje del sueldo será del 90%. Fuentes de la empresa manifestaron su satisfacción por el resultado de la votación, para la que LAB pidió el voto negativo, y destacaron la labor realizada por la Inspección de Trabajo. También fuentes del comité de empresa consultadas por GARA resaltaron la «buena» gestión desarrollada por Manuel Velázquez, inspector jefe en Bizkaia, durante la negociación «intentando hasta el último momento alcanzar mejores objetivos», aunque expresaron su «tristeza» por el cierre. Indicaron que al tener conocimiento de la decisión de la multinacional británica de cerrar la factoría vizcaina, optaron por la negociación en lugar de recurrir a la vía judicial, que hubiera conllevado alargar el proceso varios años. Las mismas fuentes consideraron que la decisión empresarial supone la «muerte laboral» de un colectivo importante de trabajadores, aunque manifestaron que este acuerdo es el mejor que han podido conseguir al no haber contado con «respaldo» o «mecanismos legales» para evitar el cierre. «Nadie nos ha lanzado un flotador», afirmaron.
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