COLOMBO
«El Gobierno, obviando el hecho de que dos tercios de los afectados se encuentran en territorio tamil, ha canalizado el grueso de la ayuda internacional hacia las áreas de población cingalesa», denunciaron en un comunicado los Tigres para la Liberación de la Tierra Tamil (LTTE). La guerrilla añadió que el Ejecutivo ha aprovechado la ayuda prestada por voluntarios y fuerzas de seguridad de otros países «para reconstruir las zonas de mayoría cingalesa».«Deberíamos unir nuestras manos y dejar atrás todas las diferencias para reconstruir el país», respondió el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, tras ausentarse, muy significativamente, del principal acto de conmemoración de la tragedia «por razones de seguridad», según dijo a la prensa su portavoz oficial.
En lugar del presidente, el primer ministro, Ratnasiri Wickramanayake, acudió al acto principal de recuerdo de las víctimas, celebrado en Peraliya, en el mismo lugar donde un tren con 1.200 personas se hundió bajo la fuerza de las olas hace dos años. Allí, el primer ministro inauguró una estatua de Buda que reproduce las destruidas por los talibán afganos en Bamiyan en marzo de 2001.
Dos años después del tsunami, casi la mitad de las 114.069 familias que perdieron sus hogares sigue viviendo en refugios provisionales. Además de los indicios de malversación que han salpicado a algunas de las ONG presentes en la zona, el principal escollo que entorpece la reconstrucción sería la guerra que enfrenta al Gobierno y el LTTE, la cual ha causado unos 65.000 muertos desde su inicio, en 1983.
Corrupción y suicidios
Como consecuencia de las gigantescas olas de nueve metros que arrasaron las costas del norte, este y sur de la isla, más de medio millón de personas tuvieron que abandonar sus lugares de residencia y 114.069 familias perdieron sus hogares. Según datos del organismo encargado de la reconstrucción, perteneciente a la Agencia de Reconstrucción y Desarrollo (RADA), sólo 63.469 viviendas han sido levantadas en proyectos conjuntos del Gobierno, ONG y el sector privado.La RADA afirma también que ya han comenzado las labores de edificación de 47.859 viviendas más, lo que supone que casi la mitad de la población afectada por el tsunami carece de hogar y sigue viviendo en refugios provisionales.
Además, la lentitud de la reconstrucción está salpicada por la polémica después de que un comité parlamentario encargado por el Gobierno de revisar la situación criticó a las ONG a cargo de las tareas de no haber completado ni tan siquiera el 10% de su trabajo.
En todo caso, la guerra está afectando de forma muy perjudicial, aunque inicialmente parecía que no iba a ser así. Tras el alto el fuego firmado en febrero de 2002, la catástrofe originada por la gran ola acercó las posiciones entre ambos bandos, que acordaron en junio de 2005 repartirse las ayudas para la reconstrucción. Aquel acuerdo de alto el fuego es ya papel mojado, dados los choques armados en el norte y este de la isla del Indico.
La isla afronta además el drama de los supervivientes del tsunami, obsesionados con la pérdida de sus seres queridos. Un sondeo llevado a cabo por el Instituto de Estudios Políticos reveló que el 11% de los hogares podía dar noticia sobre personas que se habían suicidado como consecuencia del tsunami.
TOKIO
La Agencia Meteorológica de Japón aseguraba anoche que el peligro de que se crease un tsunami, como consecuencia del terremoto de 7,2 grados registrado horas antes en la costa suroccidental de Taiwán, «ha pasado».
«Las olas que se esperaban no se han materializado», declaró Hiroshi Koide, de la sección de terremotos de la Agencia. Poco antes, dicha entidad advirtió de que un tsunami de un metro de altura se dirigía a la costa este de Filipinas, concretamente a la localidad de Basco, y de que había la posibilidad de que se produjera «un tsunami local destructivo».
El terremoto sacudió el sudoeste de Taiwán, según el Servicio Meteorológico Central de Meteorología de la isla. Al menos una persona murió y tres resultaron heridas a causa de dicho seísmo en Taiwán. El temblor comenzó a las 20:26 (hora local) y tuvo su epicentro 22 kilómetros al sur de Hengchun. Ocho minutos después, una fuerte réplica de 6,4 grados sacudió de nuevo la isla y las autoridades japonesas alertaron de la formación de una ola de tsunami de un metro de altura.