Algunos españoles (y españolas) se lo pasan pipa el día de Olentzeros sentados delante de la tele y escuchando el discurso anual de su rey. Y de entre tanto espectador hay algunos que incluso se entretienen intentando analizar lo que quiere transmitir el que le escribe los discursos.Ayer la prensa de la derecha no ocultaba su alborozo por lo que entendían respaldo borbónico a las tesis de Rajoy y compañía. Y los más próximos a ZP se llamaban andana.
El editorialista de “El Mundo” aseguraba que «resulta elocuente que las repetidas apelaciones al ‘consenso’ del discurso de ayer no estuvieran encaminadas a buscar la adhesión de todos al proceso de paz, sino a recuperar el espíritu de la Transición que tantos logros ha procurado para España. Resulta imposible no reconocer que este lenguaje tiene más resonancias con el habitual discurso del PP que con las últimas intervenciones del PSOE».
También el de “La Razón” daba saltitos de alegría:«La Constitución es, en palabras de Don Juan Carlos, la clave que permitió superar el pasado y un elemento indispensable para abordar el futuro, puesto que de su vigencia depende una correcta y proporcionada respuesta a la violencia terrorista, a los chantajes e incluso ante una hipotética negociación con ETA que desborde el sentido común, la lógica territorial y la estabilidad institucional». Muy bueno lo de la «lógica territorial»...
Y el escriba de “Diario de navarra” sentenciaba que «no se trata de que los partidos renuncien a sus diferentes visiones. Lo que la ciudadanía exige, y ha recordado el Rey, es que se trata de que antepongan el interés general a los suyos particulares y de comprender que la única manera de vencer al terrorismo es desde la unidad y respeto a la Ley. Un punto del mensaje navideño, que ayer se encargaron de resaltar representantes de las víctimas del terrorismo, preocupados por la tentación de tomar atajos que pudiera existir en el Ejecutivo».
Y mientras tanto, “El País”, como Don Tancredo:«Hay un
tema novedoso en el elenco de preocupaciones del Rey: el medio ambiente. Es de
esperar que esa preocupación sea atendida por quienes lo agreden con un
desarrollo urbanístico desordenado y con incendios intencionados o imprudentes
para que, como señala el Rey, el progreso de los españoles no quede hipotecado
en el futuro». Del oso de Rumanía no habló, ¿verdad? - msoroa@gara.net