Manel NEBOT | Epidemiólogo del Instituto de Salud Pública de Barcelona
«Los fumadores deben creerse el riesgo del tabaquismo pasivo»
El humo del tabaco es un riesgo, no una molestia que nos irrite los ojos o nos deje olor en la ropa. Este sería el mensaje de Manel Nebot, experto del Instituto de Salud de Barcelona, y el resumen de la jornada sobre fumadores pasivos en las que acaba de tomar parte en Santander para hablar del tabaco en el ámbito laboral.
Cada año mueren en el Estado español 6.200 fumadores
pasivos, de los que más de 5.000 fallecen por exposición al humo en sus propios
hogares y el resto en el medio laboral. Los más pequeños de la casa figuran
entre las principales víctimas del humo ambiental dentro de los domicilios,
provocado por sus padres o personas que están a su cuidado. La terca realidad
estadística nos dice que el tabaquismo pasivo es la tercera causa prevenible de
enfermedad y mortalidad y provoca más fallecimientos que los accidentes de
tráfico. Datos que han sido dados a conocer por el Comité Nacional para la
Prevención en la I Jornada sobre tabaquismo pasivo e involuntario celebrada en
Santander. En ella tomó parte como conferenciante Manel Nebot, jefe del Servicio
de Evaluación y Métodos del Instituto de Salud Pública de Barcelona.
Fumador activo y fumador pasivo. ¿Están condenados a entenderse o aquí lo que debe primar es la salud del segundo?
Como en todos los conflictos de derechos que tienen lugar en la sociedad, y en este caso el derecho a fumar y el derecho a la salud, es importante establecer cuál debe primar, y en este caso es claramente el derecho a la salud. No se trata, como a veces algunas campañas de la industria tabaquera o de sus asociaciones pantalla nos quieren hacer creer, de una cuestión de educación o de tolerancia, los fumadores pasivos no tienen por qué serlo, aunque no se quejen, aunque no sean siquiera conscientes de que están expuestos.
Por cierto, ¿es realista hablar de no
fumadores o, en el fondo, quienes no fuman son al fin y al cabo fumadores muy a
su pesar? Los estudios realizados en el Estado español nos dicen
que una proporción muy importante de la población, de hasta un 70% antes de la
entrada en vigor de la ley en 2006 de medidas sanitarias frente al tabaquismo,
está expuesta en algún momento al humo ambiental de tabaco. Aunque las
exposiciones más peligrosas son las continuadas, especialmente las que se
producen en casa o en el lugar de trabajo, hoy sabemos que las exposiciones
ocasionales, aunque sean breves, pueden causar de forma aguda alteraciones en la
circulación coronaria. Por tanto, la exposición al riesgo es muy frecuente,
aunque la exposición en el lugar de trabajo ha disminuido este año de forma
considerable.
¿Cómo convencería usted a un fumador activo del daño que está produciendo a no fumadores por practicar ese hábito cerca de ellos?
El riesgo del tabaquismo pasivo es un riesgo invisible, es lo contrario a los accidentes de tráfico, por eso cuesta mucho convencer a la población, y no sólo a los fumadores, del daño que causa. En este sentido, las administraciones y las ONG tienen un reto importante, que es el de transmitir la información de forma clara y al mismo tiempo rigurosa.
¿Como por ejemplo?
Hay algunos ejemplos muy pedagógicos: en un estudio se encendían dos o tres cigarrillos en un garaje cerrado, y la contaminación era muy superior que cuando se ponía en marcha un automóvil en el mismo local. También hay estudios en los que se ha medido la contaminación por partículas en el aire en bares donde se fuma, y es ¡hasta 200 veces superior a las normas establecidas para contaminación por partículas en el aire en ambientes exteriores! Sobre las consecuencias, se puede decir que estar expuesto habitualmente incluso a concentraciones bajas de humo ambiental de tabaco causa un incremento del 15-20% en la probabilidad de sufrir un cáncer de pulmón o padecer un episodio de enfermedad coronaria.
Permítame ir más allá. ¿Qué les diría a unos padres fumadores respecto a cómo eso está afectando a sus hijos?
De nuevo, el problema fundamental es conseguir que los fumadores, y los no fumadores, se crean de verdad el riesgo del tabaquismo pasivo, porque está claro que los padres no fuma- rían delante de sus hijos si fueran plenamente conscientes del riesgo real. De hecho, los padres son capaces de hacer por sus hijos sacrificios que no harían por ellos mismos; un ejemplo es el del embarazo: las mujeres fumadoras que quedan embarazadas dejan de fumar en una elevada proporción, cercana al 50%, y la gran mayoría de las otras reducen el consumo. Aunque puede parecer bajo, hay que recordar el enorme poder de adicción de la nicotina. ¡La mitad de los fumadores que tienen un infarto vuelven a fumar tras el alta!
¿Qué significa que no existe un umbral seguro de exposición al aire contaminado por el humo del tabaco? Quiere decir que al contener carcinógenos, que
son sustancias capaces de iniciar los complejos procesos de desarrollo del
cáncer, cualquier cantidad, incluso mínima, puede ser suficiente para iniciar
este proceso. Otra cosa es la probabilidad: hay una relación dosis-respuesta, es
decir, a mayor cantidad y duración de la exposición, mayor probabilidad de
desarrollar cáncer u otras enfermedades, pero no se puede decir que ninguna
cantidad, por pequeña que sea, es inocua.
Hablando de carcinógenos, se ha hablado mucho estos días del polonio como uno de los agentes que contiene un cigarrillo, ¿qué hay de cierto?
Efectivamente, el polonio 210 es un compuesto radiactivo muy peligroso que se halla presente en los cigarrillos. Los grandes fumadores absorben una cantidad de polonio 6 veces superior a la que procede de la radiación natural a la que todos estamos expuestos. Sin embargo, la percepción de riesgo parece ser muy superior cuando se produce en circunstancias más «morbosas» desde el punto de vista mediático. En todo caso, conviene recordar que los cigarrillos contienen una enorme cantidad de aditivos, incluyendo amoniaco, pesticidas, chocolate.... para hacerlos más agradables y desde luego más adictivos. La combinación de los productos naturales, el papel y los aditivos resulta en la famosa lista de 4.000 sustancias, incluyendo 69 carcinógenos, contenidas en el humo ambiental de tabaco. Resulta obvio que si el tabaco no existiera, hoy día no habría ninguna sociedad que aprobara su uso.
Usted ha colaborado en un estudio estatal sobre la exposición al tabaco en los lugares de trabajo. ¿Con qué resultados?
Los datos que hemos podido obtener en más de 400 centros de trabajo y locales de hostelería que han sido estudiados desde antes de la entrada en vigor de la ley, entre octubre y diciembre de 2005, y a lo largo de este año, nos indican que la concentración de humo ambiental de tabaco se ha reducido de forma muy importante en los centros de trabajo, entre un 52% y un 83%. La situación es distinta en la hostelería: no ha habido cambios en las discotecas y pubs, y la disminución en bares y restaurantes ha sido muy discreta, excepto en aquellos, demasiado pocos todavía, que se han declarado completamente libres de humo, en los que la concentración de humo ambiental de tabaco ha disminuido cerca del 90%. Para hacerse una idea, en centros públicos y lugares de trabajo hemos registrado la presencia habitual de medio gramo de nicotina por metro cúbico de aire, cuando en una casa donde alguien fuma suele haber dos y en un bar donde se permite, hasta ocho. -
Muchos bares, sin adecuar sus máquinas al 1 de enero
GASTEIZ Más del 30% de los bares y locales de restauración del Estado español tomarán las uvas sin el mando a distancia de control de las máquinas de tabaco que les exige la ley a partir del 1 de enero, con el fin de garantizar que los menores de 18 años no puedan comprar este producto. Salvador Font, director de ventas de la empresa Jofemar, que domina cerca de un 54% de este mercado, afirma que los locales lo han dejado todo para última hora y hace tres semanas comenzó un «pico de demandas» que les está obligando a trabajar horas extras, sábados y domingos incluidos. En función de estas demandas y de las instalaciones ya colocadas y asignadas, este responsable calcula que un 30% de su clientela festejará el año nuevo sin cumplir este precepto de la ley del tabaco, que les concedió esta moratoria. Sin embargo, el responsable del área comercial de las máquinas expendedoras de tabaco de la empresa navarra Azkoyen, Fernando Sancho, se mostró a GARA más pesimista sobre el grado de cumplimiento, y señaló «terminaremos el año con una implantación de sistemas de control que ronde el 50% de nuestro parque». El precio del mando que permite al camarero o dueño de bar controlar la máquina, incluida su instalación, ronda los 200 euros y la sanción por carecer del mismo puede llegar a los 10.000 euros. «La norma definitiva salió publicada en setiembre, con lo que en octubre se hicieron las primeras adaptaciones, pero ha sido a partir de la segunda quincena de noviembre cuando el sector hostelero ha empezado a demandar nuestro servicio», explicó.
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