BILBO
«No tiene explicación». «No hay razones para dejarnos fuera». Oscar Guerrero se muestra confiado y optimista en que el Fuerteventura-Canarias esté el próximo año en la carretera. «Esperemos que sólo se quede en un susto», asegura.
La desagradable sorpresa surgió el pasado jueves, cuando la UCI no otorgó la licencia al nuevo equipo canario por un retraso en la presentación de la documentación, aunque la solvencia no fue puesta en duda.
Los abogados del equipo comenzaron ayer a preparar los recursos a presentar. Incluso Guerrero adelantó que recurrirán elTribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
«Ahora tendremos que emprender la vía jurídica», dice el director de Altsasu, «y demostrar que tenemos que pagar una sanción económica por nueve días de retraso, tal y como señala la propia reglamentación de la UCI, pero nunca nos tienen que quitar la licencia».
No tiene duda de que es una guerra contra Vicente Belda. «Lo tengo claro, porque este precedente no ha existido nunca. Cuando el problema es que no hay una solvencia económica o no hay una claridad en el contrato de patrocinio, entonces tienen argumentos para echar atrás el equipo, pero no es el caso. Por eso, creo que hay una guerra contra Vicente, a pesar de que no figura en ningún sitio; sólo ha conseguido el dinero. Eso no es suficiente y lo que quieren es que desaparezca y se entierre. Han terminado con Manolo Saiz y ahora su intención es sacar a Vicente de este mundo».