Unos 50.000 afectados del «corralito» en Argentina recuperarán sus ahorros
El Tribunal Supremo argentino ratificó la constitucionalidad de la conversión a pesos de los ahorros en dólares de miles de argentinos llevada a cabo por el Gobierno en enero de 2002, en medio de la crisis económica. Asimismo, ordenó a los bancos devolver los depósitos originales retenidos por el «corralito», eso sí, en pesos. El fallo afecta sólo a unos 50.000 ahorradores, que iniciaron acciones judiciales y que no se han acogido a ninguna otra medida.
BUENOS AIRES
La Corte Suprema de Argentina avaló, con su sentencia de ayer, la pesificación de los ahorros en dólares de decenas de miles de argentinos en 2002. No obstante, las entidades bancarias deberán reembolsar a los demandantes la totalidad de sus depósitos originales en dólares convertidos en pesos. Para ello, el Tribunal estableció una ecuación que supone devolver por cada dólar depositado 1,40 pesos, más la aplicación de un índice que refleja la evolución de la inflación minorista y una tasa de interés anual del 4%. Si el pago se efectuase hoy, el inversor recibiría unos 3,08 pesos por dólar depositado, en línea con la cotización actual, de 3,06 pesos para la compra y 3,10 pesos para la venta. El fallo sólo afecta a los 50.000 ahorradores que presentaron una demanda judicial. «No tiene efecto alguno sobre quienes aceptaron otras alternativas o no hicieron juicio», aclara la sentencia. La conversión de pesos, decretada por el presidente Eduardo Duhalde en enero de 2002, afectó a ahorros por 46.000 millones de dólares (34.957 millones de euros actuales) depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro, y cuyos movimientos ya habían sido restringidos a finales de 2001 mediante el denominado «corralito», impuesto para evitar la salida masiva de dinero del sistema financiero en la peor crisis económica que se recuerda en este país sudamericano.
El fallo pasa inadvertido Desde entonces, miles de inversores recuperaron su dinero progresivamente a la razón de 1,40 pesos por cada dólar más la aplicación de un coeficiente derivado del índice de inflación, una fórmula impuesta por el Gobierno para la devolución de depósitos tras la crisis.
Otros recurrieron a la Justicia y recuperaron hasta un 50% de sus ahorros en dólares, en tanto que otro grupo no retiró los fondos, a la espera de una resolución judicial favorable. Apenas un puñado de manifestantes se reunió el pasado miércoles a las puertas de los tribunales de Buenos Aires para repudiar el fallo, mientras que pasó inadvertido en el resto de la población, que se preparaba para celebrar la llegada del Año Nuevo e iniciar las vacaciones de verano. Fabián Bergenfeld, abogado de numerosos afectados, indicó que la decisión del Supremo «no hace más que convalidar la confiscación y el avasallamiento de los derechos que han padecido los ahorradores y la sociedad en su conjunto». Su colega Carlos Wiater manifestó que «el fallo más o menos complace a los ahorradores porque se está devolviendo la plata, pero los ganadores de todo esto son los bancos, que nunca pierden». La Asociación de Ahorristas Damnificados por la Pesificación comunicó su in- tención de reclamar por «daños», ya que los argentinos «no pudieron contar con su dinero cuando lo necesitaron». El presidente argentino, Néstor Kirchner, opinó que «si la justicia se decide a actuar a fondo, todo es posible», mientras que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, señaló que, después de cinco años, «se logró certidumbre sobre este tema, esencialmente por parte de los ahorristas que reclamaban, y eso me parece bueno».
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