Victoria Mendoza - Psicoterapeuta
Deseos de paz para los vascos
Comienza un nuevo año y es oportuno hacer una valoración de lo hecho, conseguido y vivido durante todos estos meses. Sin duda alguna, uno de los temas más importantes e inquietantes es saber lo que pasará con la tre- gua, con la posibilidad de diálogo, con la posibilidad de resolver el conflicto vasco. Buen momento para que opinemos, sobre todo, amas de casa, ancianos, jóvenes, inmigrantes, parados, asalariados, estudiantes y todos los que estamos con deseos y esperanza de que la tregua continúe. Ahora más que nunca debemos apoyarnos y no seguir enfrentados para avanzar hacia el diálogo y la solución del conflicto sin que haya más atentados, más torturados, más presiones y divisiones políticas. Creo que los políticos y sobre todo algunos partidos de esos que tanto condenan la violencia, hacen actos violentos en contra del pueblo vasco, y no me refiero solamente al hecho de que haya presos políticos, torturados, partidos ilegalizados, juicios y detenciones incluidos abogados vascos, aislamientos o suicidios, cierre de periódicos, centros culturales y agresiones similares, me refiero a la labor tendenciosa y mediatizadora de mensajes directos y subliminales, intentando que todos crean que vasco es sinónimo de terrorista, que vasco es sinónimo de ETA, que los vascos son verdugos y para nada víctimas, que los vascos son los malos de la película y que el PP son los héroes salvadores. Veo muy claro que los que no quieren que haya paz en el País Vasco no son los vascos, sino aquellos políticos que intrigan y dividen al pueblo vasco, que no quieren ni permiten un diálogo de todas las partes, que sólo ven el dolor del pueblo vasco a medias, con enorme miopía que les impide ver que hay dolor y sufrimiento no de una parte, sino de muchas partes, y que son precisamente los vascos quienes más desean y necesitan que haya diálogo, que se resuelva el conflicto y que haya paz para todos. Es importante que nos manifestemos, que hablemos en nombre de nuestros colectivos y asociaciones y en nombre propio acerca de cómo nos sentimos, de nuestros temores o esperanzas, pero que sea el pueblo quien hable por sí mismo, y no que otros hablen y decidan por nosotros. Todo el mundo está pendiente de escuchar lo que dice tal representante político, cuando son ellos los que deben de estar muy atentos para ver lo que dice y desea, pide y decide el pueblo vasco. Son los políticos quienes deben callar y escuchar, entender, comprender y atender las necesidades y decisiones de un pueblo cansado de años de lucha, resistencia y de injusticias. Todos los vascos merecen la paz. -
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