Hay días que ni siquiera se puede hablar del tiempo en el ascensor. No conviene. ¿Hace demasiado frío, o demasiado calor? ¿Hace calor? ¿Este calor es un calor agradable? Aseguran los científicos que el año que acabamos de estrenar va a ser muy caluroso. Leo en algunos sitios que «el más caluroso». Confluyen diversas circunstancias, entre ellas el efecto de “El niño”. No se trata del sorteo de la lotería, sino de un fenómeno de las corrientes en el Pacífico que desencadenan circunstancias climatológicas que acaban casi siempre en tragedia o accidente.

Pero el calentamiento global de la Tierra, nuestra casa, es palpable. Se suspendió la segunda manga de los saltos de esquí. Las razones fueron la falta de condiciones para ello y que empezó a llover. Es decir, en vez de nevar, llovió, por lo que no hace falta ser muy espabilado para entender que hacía más calor del apropiado, circunstancia que se ha ido dando en todas las cordilleras europeas, donde la nieve es poca, y de mala calidad para practicar los deportes de invierno con garantías.

Los señores de la guerra, el petróleo y los ejércitos han pasado olímpicamente de las advertencias de los científicos y se han tomado a cachondeo lo del efecto invernadero, los acuerdos de Kyoto y todo aquello que se ha dejado escrito para evitar que un día nos derritamos como se están convirtiendo en agua los casquetes polares. No es que exista un agujero en la capa de ozono, es que se están desprendiendo masas de hielo que acabarán siendo agua en circulación, con lo que si de verdad no se toman medidas, las inversiones en Marina D’Or son una ruina, todos los que viven a pie de playa que vayan emprendiendo la huida, y las costas vascas a lo mejor se colocan a unos metros del Amboto.

En los cientos de miles de resúmenes que he presenciado en estos días de recuentos, la única verdad es que dos y dos son casi siempre cuatro. Miro lo que miro, dejo de mirar, y me encuentro que la cuesta de enero será cuesta arriba. Siguen las chapuzas de Manolo y Benito. Lo que es otro signo de calentamiento de la programación televisiva. Frente a ellos CSI en todas sus franquicias parece televisión de arte y ensayo. ¡Qué calor! -