El mando protege discutiblemente su salud
«Máquina bloqueada», ése debería ser el mensaje luminoso de las máquinas expendedoras de tabaco en los establecimientos hosteleros desde el uno de enero. Sin embargo, la mayoría todavía no se ha adaptado a la ley y sigue sin dotarse del mando a distancia que permita adquirir cigarrillos en el bar. Los hosteleros insisten en que es una medida absurda, tanto, dicen, como la propia legislación.
AFernando Alonso le han dado tres años de plazo para retirar la publicidad de tabaco de su coche», comenta con sorna Angel Gago, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería del País Vasco. El gremio al que representa sigue, con la entrada en el nuevo año, con esa espada de Damocles en que se ha convertido para ellos la ley antitabaco, en vigor desde hace doce meses. Esta vez, le toca el turno a las máquinas expendedoras en bares y restaurantes.Desde el pasado lunes, por ley, deben incorporar unos mandos a distancia que desbloquean la máquina a voluntad del hostelero. Y todo, para evitar el acceso a la misma de los menores de 18 años. «Que me expliquen a mí, si en un establecimiento está prohibida de por sí la entrada a menores, ¿para qué quieres un dispositivo en la máquina que evite que puedan comprar tabaco?», emplaza el propio Gago a que se le pregunte a la ministra española de Sanidad. Sin embargo, se resigna: «Es lo que dice la ley, aunque nos pueda parecer una estupidez, una tontería o un brindis al sol». Eso sí, recuerda sin que suponga una denuncia, matiza que también los kioskos pueden vender tabaco y «ahí la venta se hace en mano».
Ni una sola multa
Seguramente, el día de Año Nuevo fue objeto de discusión en muchas conversaciones de bar. ¿Ha instalado ya fulanito el mando a distancia en su máquina? La realidad es, según empresas líderes en el sector estatal como la navarra Azkoyen, que la mayor parte no lo ha hecho y excepto aquellos que hayan adquirido la máquina en 2006, con el sistema ya incorporado, los demás deberán hacerlo. Y unos 300 euros tendrán la culpa, que es lo que cuesta esa adaptación. Lo que sí reconocen es que la demanda se ha disparado en las últimas semanas. ¿Sujetos a una posible sanción? Pues sí, así estarán los hosteleros que sigan con sus máquinas sin habilitar conforme a la ley. Se enfrentan a importantes sanciones económicas, aunque, en la práctica, los números de multas impuestas, al menos en Hego Euskal Herria, cantan. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, los responsables sanitarios hacen, de momento, dejadez de sus potestades y, escudándose en un supuesto conflicto de competencias con los ayuntamientos, no han interpuesto ni una sanción durante 2006, ni han llevado a cabo inspecciones. Han recibido, eso sí, 101 denuncias la mayoría de ellas, se dice, a cargo de dos agentes policiales, al parecer muy implicados en esta lucha contra el tabaco, pero ni una sola ha culminado en multa. En el caso de Nafarroa, el Instituto de Salud se lo ha tomado más en serio y, aunque ha cursado 383 inspecciones en todo el año, sólo ha abierto cuatro expedientes todos en el área comarcal de Iruñea, pero ninguno se ha traducido de momento en sanción pecunaria. Otro tanto ha ocurrido con las 97 denuncias recibidas al margen de las inspecciones. Lo que sí han anunciado estos días sus responsables es que a partir de ahora controlarán también que los hosteleros navarros cumplan con el mando a distancia para la máquina expendedora. El beneficio que los hosteleros ganan con el tabaco es mínimo, apenas un 6%, es decir, más un servicio dirigido al cliente, que un negocio rentable para ellos. El propio Angel Gago reconoce que han planteado a sus asociados que analicen si les es rentable instalar estas máquinas. «Ese recargo de céntimos que tiene está congelado desde hace igual doce años, pero además tiene que pagar 180 euros por tres años al comisionado del tabaco, preocuparse de compartir la comisión de la máquina... Por eso les hemos dicho que se lo piensen».
No reabrir el debate
En cualquier caso, desde la Federación de Hostelería del País Vasco no se quiere entrar en un nuevo debate sobre una ley que, afirma su portavoz, aún no les ha quitado la razón en los reproches que planteaban al texto hace un año. «No nos interesa hacer un seguimiento de cuántos han adaptado sus máquinas ya. La gente ya sabe lo que debe hacer. Es decir, lo que no vamos a hacer es reabrir un debate donde no lo hay», deja muy claro. Estas medidas, de momento, no se aplican en Ipar Euskal Herria, donde sí que, a partir del próximo 1 de febrero, estará prohibido fumar en los lugares públicos, aunque se dejará un plazo de casi un año, hasta el 1 de enero de 2008, a ciertos establecimientos para que se adapten a la nueva realidad sin humos, como es el caso de los bares, restaurantes y discotecas. -
GASTEIZ
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