Hoy comienza el ministro de Interior la ronda de partidos que, salvo milagro miraculoso, certificará el cambio de estrategia de los socialistas. Aunque la esperanza es lo último que se pierde, dicen. Y que el PSE apoye la manifestación que convocará hoy el lehendakari es quizá un signo de que, pese a que afirman no estar contentos con el lema, «paz y diálogo» siguen estando en la agenda socialista. Porque en mi ingenuidad, la unidad que invocó Patxi López no creo que represente una vuelta hacia Ajuria Enea. Aunque nunca se sabe.

Lo cierto es que, desde lo de Barajas, Zapatero lo tiene más complicado. Cabizbajo, que pareciera que le hubieran regañado como a un niño revoltoso, el jefe de Gobierno tuvo que escuchar rodeado de militares las nuevas directrices de boca del jefe de Estado: policía y tribunales hasta la rendición.

Y por aquí la gente se pregunta qué le hubiera costado a Zapatero dar tantos pasos como dio Aznar en el 98. Estaba tan convencido de que el proceso era irreversible que juzgó más inteligente desde un punto de vista partidista alargar el estado de las cosas. Y se equivocó. Y nos equivocó a todos. Las cosas no estaban tan atadas como parecía y ahora la desperanza se desata.

A estas alturas, por muy optimistas que queramos ponernos, es extremadamente difícil ver en el horizonte la luz de un proceso. Y por mucho que nos saquemos los ojos, los destellos que adivinamos, como el del lema de la manifestación, no son más que los reflejos crepusculares del ocaso.

Ahora sólo puede darse un proceso a oscuras, en ausencia total de confianza y con constates choques y golpes. Y lo que es más difícil, además de a oscuras, el proceso tendrá que darse en rebajas, porque sólo rebajando todas las premisas puede salvarse la situación. Lo que, estando como están las cosas, es más difícil que ver a Juan Carlos de Borbón proclamando la República.

No me siento en absoluto representado en la figura del lehendakari, presidente de una Comunidad Autónoma que nos deja fuera a miles de vascos. Pero «paz y diálogo», a pesar de las interpretaciones del PNV y del PSE, pueden ser un punto de partida movilizador desde el que alumbrar popularmente un proceso sombrío. Además, la ventaja es que este sábado la Ertzaintza no cargará como lo hizo el otro día en Anoeta.

Empiezan las rebajas. Para todos. Y yo ya estoy pensando en rebajarme. Qué escalofrío. -