Raimundo Fitero
Al límite
Ha vuelto “Aída” y su cohorte de desenganchados de la sociedad triunfadora. Lo hizo con un buen guiño, la visita al Bar Nicols de Sole, el personaje central de “7 vidas” interpretado por Amparo Baró, tan peleona como siempre y soltando collejas a diestro y siniestro. La estructura de esta serie parece muy estabilizada, sus personajes van creciendo, no hay cambios en el plantel de actores, por lo tanto la continuidad ayuda a consolidarse en cuanto a seguir por las mismas huellas interpretativas, aunque también la confianza les coloca al límite, es decir, tanto los guionistas, como la dirección, y con ellos los actores, están llevando casi al paroxismo sus personajes, desluciéndolos un tanto, colocándolos en un lugar de difícil retorno y perdiendo algo de lo que tiene de realismo sucio para acercarse demasiado a la parodia o a la farsa esperpéntica. Es un riesgo de estilo que puede llevarles a un colapso. La secuencia de arranque de esta vuelta fue espectacular en ese sentido. Sucedieron tantas cosas, con situaciones tan extraordinarias y con frases tan contundentes, que posteriormente, todo pareció bajar de tono.
Y la verdad es que no fue así, sino que es imposible mantenerse cuarenta minutos con tal intensidad. Sería un sacrifico de neuronas y de emociones que no acabarían en nada positivo. Lo importante, a mi entender, es que sigue siendo una serie que se aparta de la sosería general, del pasteleo, que narra unas vidas reconocibles, con personajes reconciliables con nuestra propia existencia y entorno. Ese es su valor, y por ello, esta tensión hacia los límites me parece peligrosa en el sentido de despojarla del engarce realista, que no se quede todo en el chiste, en el gag, sino que nos deje ver, después de la carcajada, la situación en toda su crueldad y podamos analizarla y reflexionar sobre ella y sobre lo que significa en el contexto socio-político en el que sucede la serie y que de alguna manera nos concierne más o menos de manera cercana. Hay personajes que crecen gracias a la interpretación, otros que están un poco estancados, las tramas se van complicando y, de momento, nos alegra la noche dominical. -
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