Llama poderosamente la atención que, pese a una coyuntura macroeconómica altamente positiva (previsión de subida de ingresos ordinarios del12,5%), la reciente implantación de la LOE (que en otras comunidades ha llevado aparejado un ­aunque insuficiente­ importante plan de inversiones, las quejas generalizadas de los agentes educativos en torno a la situación del sistema público (es imprescindible recordar el conflicto laboral abierto) o la necesidad de afrontar a corto plazo determinados retos ya comprometidos, los presupuestos de la CAPV no sufren modificaciones impor- tantes respecto a años anteriores. Siguen reflejando las autenticas prioridades de un Gobierno que mira a Europa solo para hablar de convergencia tecnológica y elabora los presupuestos no en base a las necesidades de la población sino a criterios macroeconómicos.

Del proyecto de presupuesto general, 2.231,912 millones, van destinados al Departamento de Educación (8,16% más que el año pasado) con 25,54% del presupuesto. Pero porcentual mente ha perdido 1,5 puntos respecto al año pasado y el gasto en Educación en la CAPV alcanzar los niveles del año 2003, cuando suponía el 27,64% del presupuesto. Al crecimiento relativo del 8,16% habría que descontarle, además, la variación del IPC.

En los países de la Unión Europea el gasto medio en educación se sitúa en torno al 6% del PIB, mientras que en nuestro caso, ese gasto está muy por debajo (3,5% en 2004) y además sufre una tendencia de descenso progresivo durante los últimos años. Si aplicáramos la media del PIB europeo medio, los presupuestos de la CAPV deberían experimentar una subida de más de 800 millones.

Las inversiones para la enseñanza pública experimentan una disminución de cerca de 10 millones de € (-11,8%) con respecto al ejercicio anterior. Los poco más de 72 millones destinados, a la construcción de nuevos centros y a la mejora de sus instalaciones o equipamientos, son claramente escasos. El Gobierno hablaba en su programa de legislatura de un plan Infraestructuras para los centros públicos. De dicho plan ­que acometería conjuntamente con Eudel_ no hay ninguna referencia en el presupuesto transcurridos ya tres ejercicios.

Los gastos de personal siguen siendo quienes se llevan el trozo más grande de la tarta (más del 44% del presupuesto) aunque para el aumento de plantilla ­una de las principales reivindicaciones del sector­ sólo se destinan 13,6 millones. La carencia de recur- sos humanos (personal docente por reducción de la carga lectiva o disminución de la ratio; nuevas figuras profesionales, recursos específicos para la diversidad o las necesidades específicasŠ) es el caballo de batalla fundamental en el debate educativo. Afrontar dicha carencia es la única vía realista para mejorar los resultados que ofrece la escuela a la sociedad.

Además de insuficiencia, los presupuestos pecan también de falta de equidad en su distribución. Del monto absoluto, casi 600 millones (el 27%) se destinan a la financiación de entidades privadas. La CAPV es la Comunidad del estado que ­con mucha diferencia­ más gasto público dedica a subvencionar la enseñanza privada, pues aparte de los conciertos se ha extendido de manera opaca una financiación no regular (FP, equipamientos, ciclo 0-3, alumnado inmigrante). Se van a destinar 501 millones(10,7% más) a la concertación de 7.398 aulas (61 aulas más que el año pasado) y a pesar de ello, el control del dinero público no es suficiente y poco o nada se hace por garantizar el cumplimiento de las condiciones que deben darse en los centros concertados, para ser financiados con fondos públicos. Se destinan, además, 86,8 millones, para la concertación de «etapas no obligatorias» (bachiller, FP)

En definitiva, el presupuesto del Departamento de Educación de Gasteiz, además de frustrar numerosas expectativas, traslada a posteriores ejercicios la solución a los problemas estructurales del sistema educativo. Sólo por medio de una visión más global y transformadora, mediante la negociación de un nuevo Pacto escolar en cuyo diseño y debate participemos los diversos agentes educativos podremos conseguir que la escuela vasca afronte con garantías de éxito los diversos retos que le demanda la sociedad vasca. Y, en todo caso, eso implicará un compromiso de acercar nuestro gasto educativo a niveles europeos. -