Dimite el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí
·Más exigencias de que el primer ministro y el ministro de Defensa sigan sus pasos
El general Halutz es por ahora la más alta víctima del último desastre militar israelí en Líbano. Pero no son pocos los que estiman que no será la única y que podrían seguirle el ministro de Defensa, Amir Peretz, y el primer ministro, Ehud Olmert, en el punto de mira por un escándalo de soborno.
TEL AVIV
La anunciada renuncia del general Halutz, cabeza de turco de la última y sangrienta aventura israelí en Líbano, está lejos de colmar las aspiraciones de la opinión pública israelí y no pocos analistas auguran que puede provocar dimisiones en cascada en la cúpula del poder del Estado israelí, zarandeado por multitud de escándalos de corrupción y violencia sexual.El siguiente en la lista tiene nombre propio, el laborista y ministro de Defensa, Amir Peretz. El diario “Maariv” señalaba ayer que, tras Harutz, «ha llegado la hora de que Peretz dimita para permitir al Ejército una reforma en profundidad». «Tras la dimisión de Halutz, la situación de Peretz, ya frágil, es más precaria que nunca», confirma Roni Sofer, analista de “Ynet”, el diario digital de “Yediot Aharonot”. El veterano dirigente sindical está en el punto de mira de muchos análisis que le acusan de incompetencia para dirigir las cuestiones militares, vitales para Israel. Sus detractores le juzgan incapaz de gestionar una cuestión como los planes israelíes contra el Irán que reivindica su programa nuclear. Y las críticas le llueven desde el mismo Gobierno. «Cada día que (Olmert) sigue en el cargo se pone en serio riesgo la seguridad del país», señaló ayer el ministro de Asuntos Estratégicos, el ultrasionista de origen ruso Avigdor Lieberman. El ministro de Defensa es criticado, implícitamente, desde su propio partido. «La dimisión de Halutz era inevitable pero no es el único responsable. El Gobierno también lo es», recordó quien aspira a sucederle al frente del laborismo, el diputado Ophir Pines-Paz.
Bajas propias y protestas
Y aquí es donde el primer ministro, Ehud Olmert, entra también en las quinielas. Piden su cabeza los que sacaron a las calles a decenas de miles de reservistas para denunciar los «errores de la guerra» y los 162 israelíes muertos por la resistencia de Hizbula, la mayor parte militares.Pide su cabeza la formación Likud, que en las últimas encuestas lograría 29 diputados, los mismos con que cuenta actualmente la formación gubernamental Kadima, que no lograría más de 12, los mismos que tiene a día de hoy Likud. Un Olmert ya en el limbo de los líderes israelíes acusados de corrupción, concretamente de soborno en la privatización del Banco Leumi, y sobre el que penden otras acusaciones. Analistas políticos aseguran que lo que está en juego es la propia supervivencia del experimento «centrista» de Kadima cuyos líderes ya habrían pedido a Olmert que ceda y permita a la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, la única a la que todavía no atacan las encuestas, tomar las riendas del poder.
El avezado aviador arrastrado por la tormenta libanesa
| PERFIL | Dan Halutz Edad: 58 años. Lugar y fecha: 7 de agosto de 1948 en Tel Aviv. Origen: Sus progenitores eran judíos originarios de Irán. Con fama de duro y sin alma, este reputado piloto, el primer aviador que llegó a la cúpula del Ejército israelí, se encontraba en un asiento eyectable desde la agresión contra Líbano del pasado verano, en la que se le hizo responsable de las numerosas bajas provocadas por la exitosa resistencia de Hizbula. Hasta entonces, el general Halutz, conocido por sus «nervios de acero», había protagonizado una brillante carrera en el Tsahal. El origen persa de sus ancestros y el hecho de que cubriera todos los escalones del Ejército del Aire le convertían en idóneo para cumplir la amenaza de atacar militarmente a Irán. Quienes sí han conocido sus métodos son los civiles palestinos, víctimas de sus raids de castigo. Pero él mismo ha reconocido públicamente que «no me quitan el sueño. Siento una ligera conmoción en el momento en el que lanzo la bomba, pero un segundo después, nada». Junto al desastre libanés, la filtración de que Harutz
dedicó las horas previas al ataque a jugar a la Bolsa, en previsión de una
bajada de las acciones, fue la puntilla. -
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