BILBO
Erika Barahona (Bilbo, 1960) ha seleccionado para Marzana ocho de las fotografías que componen su proyecto para el MuseuValencià de la Il.lustració i la Modernitat (MUVIM), un trabajo en proceso de producción que exhibirá en el citado centro a finales de este año.No es amiga del retrato «porque soy muy tímida y me cuesta muchísimo acercarme a la gente», comenta. Sin embargo, unas fotografías tomadas a Eva Davidova en 1996 le llevaron a asumir el reto de recopilar imágenes de artistas, a los que sólo ha pedido que «sean ellos mismos», huyendo del posado.
Lleva reunidas 40 piezas pero su intención es continuar almacenando nuevas caras. Las más recientes las tomó estas pasadas Navidades.
En la galería Espacio Marzana Muelle de Marzana, 5 se pueden admirar las fotografías de Bill Viola, Eva Davidova, Harry Bell, Hiroshi Sugimoto, Richard Serra, Sidney Pollack, Wim Winders y Aimar Arriola, cuyo ojo amoratado llama la atención del espectador nada más acceder a la sala.
Otros de los artistas que han interesado a Erika Barahona han sido Calixte Dakpogan, Chéri Samba, Eduardo Chillida, Fabrizio Plessi, Frank Ghery, Giorgio Armani, Hiro Yamagata, Miquel Navarro, Titos Mabota y Philip Johnson. Hay muchos más.
La mayoría de los retratados son artistas plásticos, aunque también hay músicos, cineastas y directores de escena. Habitualmente, Erika Barahona dirige su objetivo a los paisajes y arquitectura. Hace unos años le atrajo la oportunidad de realizar una «aproximación al género humano. Me interesó, no el hecho de que fueran famosos, sino el tipo humano del artista explica. Ellos posan para mí pero no hay una relación conmigo. En otras fotografías se ve la labor del retratista; yo he buscado una distancia entre la persona y yo que no se traspasa. Con algunos de ellos he intercambiado muy pocas palabras». Ahora lamenta no haber podido retratar a algunos personajes interesantes por no haber llevado la cámara encima.
Hay pocos jóvenes entre los rostros que componen esta serie. «Los jóvenes no consiguen darme lo que quiero, los años dan un poso, ese algo especial que emana de la foto», asegura. Aunque suele utilizar el color y la fotografía digital, en este caso ha optado por la fotografía tradicional en blanco y negro. Quería exhibir un retrato clásico. El formato elegido ha sido el de 100 x 100.
‘‘Retratos’’ se puede visitar en Espacio Marzana hasta el 20 de febrero.
