Joseba ITURRIA
DONOSTIA

Parece necesario rescatar del pasado el buen hábito de despedir los partidos de Anoeta con la marcha de San Sebastián con la que se celebraba cada victoria. Pocas horas después de que los tambores callen tras 24 de fiesta ininterrumpida, retomar la marcha en los últimos minutos con la victoria de la Real será la mejor forma de cerrar un fin de semana especial.

No será fácil porque el Valencia empieza a carburar y llega tras una serie de cinco victorias consecutivas en la Liga que le han devuelto a la lucha por el título. El traspiés de la Copa ante el Getafe, lejos de jugar a favor de la Real, puede servir de acicate a los valencianistas que, desde ahora, van a concentrar todas sus energías en la Liga hasta que retome su participación en la Champions.

Pero los demás rivales directos suman puntos ante equipos que pelean por la Liga y lo mismo deberá hacer la Real si no quiere que su escaso margen para el error se reduzca aún más esta tarde. Una victoria ante el Valencia en el debut de los fichajes podría servir para retomar la ilusión y para detener la caída del número de abonos.

De los tres fichajes, Lotina dio a entender el viernes que sólo uno jugará de inicio y que los otros dos lo harán durante el partido. Por lógica, Víctor López no va a salir durante el partido, con lo que sería el que juegue de salida. La duda estriba en saber quién será el sacrificado. Sería difícil de entender que con el nivel que da Mikel González sea el descartado y quizás no pierdan el sitio ni él ni Juanito, con lo que el malagueño adelantaría su posición al centro del campo para formar con Aranburu la pareja de medios centros. Si se cumple esto, Germán Herrera, Savio y Skoubo tendrán que esperar a la segunda mitad para tener sus primeros minutos en mucho tiempo. Lo normal es que Lotina saque de inicio a Gari, Jesuli y Kovacevic para madurar el partido con su innegable trabajo y que se guarde para el segundo tiempo tres buenas opciones de recambio.

Y es que cabe esperar un partido de mucho trabajo porque el Valencia se caracteriza por eso. Es un equipo muy difícil de batir, que apenas concede ocasiones de gol y por eso es vital que la portería de Claudio Bravo se mantenga imbatida a la espera de que alguna de las oportunidades locales se materialicen.

El Valencia anda justo de jugadores. Quique lleva semanas casi con los mismos, el miércoles tuvo que jugar Copa y quizás ese cansancio pueda ser aprovechado por la Real para lograr esa victoria de buen nivel que aumente la confianza de jugadores y afición para creer en la posibilidad de remontada en la segunda vuelta.