- Open de Australia
Hewitt confirmó que no es profeta en su tierra
MELBOURNE
La desconsolada afición australiana tendrá que esperar una edición más para ver un campeón autóctono en su torneo por excelencia. Son ya 31 años los que se cumplen desde que Mark Edmonson se impusiera en una final exclusivamente aussie a su compatriota John Newcombe en 1976.El último bastión tenístico del país de los canguros Lleyton Hewitt volvió a confirmar que no es profeta en su tierra cayendo a manos del chileno Fernando González. El que fuera finalista hace dos años salvó hasta tres bolas de partido, pero acabó rindiéndose al mayor empuje del sudamericano. El resto de favoritos cumplió con los pronósticos, aunque el argentino David Nalbandian se las vio y deseó para derrotar al francés Sebastien Grosjean, superando también tres match-point gracias a su excepcional sangre fría cuando precisamente el rival se encontraba sirviendo.
Nadal, fácil
Todo lo contrario que Rafael Nadal. El tenista español barrió de la pista en tres sets (6-3, 6-2 y 6-4) al suizo Stanilas Wawrinka, y se enfrentará en octavos de final al británico Andy Murray. Dadydenko y Blake hicieron lo propio con Santoro y Ginepri, respectivamente, en una jornada que estuvo marcada por la lluvia, lo que obligó a cancelar hasta cinco partidos de individuales.En el apartado femenino, no hubo ninguna sorpresa. Tanto Sharapova como Hingis batieron con comodidad a sus rivales en la sauna en que se convirtió el Rod Laver Arena, debido a un problema con los motores del aire acondicionado.
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